martes, 28 de febrero de 2017

Diferencia Entre una “Buena Decisión” y un “Buen Resultado”.


Diferencia Entre una “Buena Decisión” y un “Buen Resultado”.


Vale la pena detenernos a distinguir los conceptos. La mayoría de ejecutivos confunde los términos creyendo que son lo mismo, cuando no lo son. Un ejemplo nos puede a ayudar a entenderlos.

Supongamos que un millonario quiere jugar una apuesta contigo. Tienen un dado no-cargado, que se va a tirar una sola vez. Si cae cualquier número: 1, 2, 3, 4, 5 tu ganas $10,000 pesos. Pero si cae el 6 le pagas al millonario $20,000 pesos. Tú sí tienes los $20,000 pesos. ¿Jugarías la apuesta?

Si dijiste que sí tomaste una “buena decisión”. La razón es que tienes las probabilidades altamente a tu favor: 5/6 o un 83%. Y sólo 1/6 en contra, un 17% de riesgo. (Fíjate que el millonario tiene 17% de probabilidades de éxito y un 83% de riesgo).

Entonces un factor para saber si fue una “buena decisión” es que las probabilidades de éxito superen con mucho a las probabilidades de fracaso (llamado riesgo).  Aun cuando haya caído el 6 ("mal resultado") fue una "buena decisión".

Ahora supongamos que el juego cambia. Tú ganas $100,000 pesos si cae el 1, 2, 3, 4, 5 y pagas $200,000 pesos si cae el 6. Tú si tienes los $100,000. Entonces, independientemente del número que caiga, tomaste una “buena decisión” aun cuando pudiste haber perdido los $200,000, ya que las probabilidades no cambiaron.

Por último, supongamos que ahora el juego es que ganas $1,000, 000 de pesos si cae 1, 2, 3, 4, 5 y pagas $2,000,000 si cae el 6. Si no tienes los $2,000,000 de pesos y jugaste el juego tomaste una “mala decisión”, aun cuando haya salido cualquiera de los 5 números ganadores y hubiera sido un “buen resultado”. Te podrás preguntar por qué si las probabilidades no cambiaron en lo absoluto. Porque arriesgaste tu patrimonio o el de tu empresa. Porque no tenías la cantidad para pagar si caía el 6. Lo cual nos lleva al segundo factor en toma de decisiones: si el resultado cae dentro de la zona de riesgo y no tienes modo alguno de salir de la pérdida.

Entonces, para concluir, una buena decisión toma en cuenta dos factores principales. 1ero. Que tengas las probabilidades a favor. 2do. Que puedas “vivir” si cae el resultado no deseado.

Si tú evalúas a tus ejecutivos “por resultados” es un error. Ya que el riesgo se puede tratar de minimizar, pero jamás se podrá eliminar del todo. Ni tú ni tus ejecutivos ni nadie puede eliminar el riesgo. Debemos entonces evaluar a la gente por haber ponderado los 2 factores mencionados arriba y tomando en cuenta el contexto en que se pidió al ejecutivo que tomara la decisión. Independientemente si el “resultado fue bueno o malo”. 
Independientemente de en qué número cayó el dado.

Derechos reservados 2017, Ing. Gerardo Herrero Morales

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martes, 21 de febrero de 2017

Compartir a Fuerzas. Una Lección Para Nuestros Hijos.


Compartir a Fuerzas. Una Lección Para Nuestros Hijos.

Hace años asistí a un curso para educar a nuestros hijos impartido por un psicólogo de niños con más de 20 años de experiencia.  En un momento dado se discutía el valor de compartir. Una mamá expuso que se sintió avergonzada delante de las otras mamás en el cumpleaños de su hija pequeña; todo porque la niña no quería compartir sus regalos y juguetes con otros niños invitados a la fiesta. La mamá le preguntó al psicólogo qué debería de haber hecho. El psicólogo le contestó que debió de haber forzado a la niña para que prestara sus juguetes, y en caso de que no hubiera querido, entonces la mamá debió haber agarrado los juguetes y prestárselos a los niños. ¿Estás de acuerdo?

Cuando escuché eso le pregunté al psicólogo si me podía prestar su camioneta, que se la regresaba en unas horas, y al verlo confundido le dije: “Bueno, después de todo te encantan compartir tus juguetes, en este caso de niño grande, ¿no?” Al decirme que no me prestaría su camioneta le dije, “Cuando no somos congruentes entre nuestro decir y hacer, invalidamos nuestras recomendaciones”.

El compartir está muy bien, pero es decisión del dueño del artículo, y una vez que regalamos algo a nuestros niños, otorgamos el derecho y la libertad de decidir qué quieren hacer. Forzarlos, y más delante de extraños, sólo hace que destruyamos su autoestima, mandándoles un fuerte mensaje subliminal que los demás son más importantes que ellos.
Es también un asunto vital el considerar el respeto a la propiedad ajena. Los países que la siguen han logrado salir adelante y eso se enseña desde la familia.

Los niños solos toman la iniciativa de prestar sus juguetes, regalarlos o intercambiarlos por otros. Es muy divertido convivir con amiguitos, pero primero deben de tener la experiencia de poseer algo propio. Primero tienen que tener la sensación de poseer, de ser dueño de algo, antes de cederlo de manera voluntaria. Si damos o prestamos algo de manera forzada, ¿qué valor tiene nuestro regalo o préstamo? Y si como padre les quieres enseñar a donar, prestar o intercambiar, lo cual es magnífico, hazlo con el ejemplo  y con tus juguetes de adulto. No lo pregones.

Por lo tanto, mi respuesta sería que no estaría de acuerdo con el psicólogo y creo que la de Stephen Covey, el autor de “Los 7 hábitos de la gente eficiente”, sería la misma, porque en su libro comenta que el actuó con la idea de forzar a su hija a compartir y lo único que logró fue sentirse terrible y un fuerte resentimiento de su hija.

Ahora bien el psicólogo podría haber sugerido que la mamá usara “psicología inversa”, es decir, que ella dijera a la niña, “muy bien, está perfecto que juegues con tus juguetes y no los prestes, puesto que son únicamente tuyos”. Entonces haber invitado a los niños a jugar entre ellos, quitándole con ello la presión social a la niña. Pasado el tiempo, la niña se habría aburrido de jugar sola y en el deseo de ser acompañada, ella misma hubiera tomado la iniciativa de querer buscar amiguitos y ofrecerles jugar con ellos prestándoles sus juguetes.

El psicólogo, es un reflejo del sistema educativo, en donde no vale mucho el individuo, es un “sistema de masas”, se condiciona al individuo, tiene que pedir permiso hasta para ir al baño a hacer sus necesidades, es forzado a cumplir con las “normas sociales” y no es tomado en cuenta.

No estamos aquí hablando de “egoísmo”. Si te fijas cuando subes a un avión, te indican que en caso de problemas primero te pongas tu mascarilla de oxígeno, y que luego ayudes a los que puedas. Es lo mismo en la vida. Tienes que cubrir tus necesidades sin afectar a terceros y eso no es egoísmo sino una situación normal. Si no ves por ti, es probable que nadie lo haga. Esa lección es importante que la tengan tus hijos. Puedes y debes educarlo -siempre con el ejemplo- que sea generoso, pero primero que sepa defender sus legítimos intereses y de manera asertiva.

Derechos Reservados 2017, Ing. Gerardo Herrero Morales





martes, 14 de febrero de 2017

Ingenuidad Mexicana, Viveza Extranjera.


Ingenuidad Mexicana, Viveza Extranjera.

Muchas veces los mexicanos nos auto-denigramos  creyendo que las gentes de otros países de “primer mundo” son superiores, no sólo en el plano económico, sino en el moral.
La realidad es que lo son en el plano económico (y eso con sus asegunes, ya que muchos países están endeudados varias veces su PIB para mantener su tren de vida). En el plano moral no son diferentes a nosotros y a veces son peores.

El siguiente relato no es para generalizar sino para compartir experiencias que he conocido a través de consultoría, como en este caso de manera directa.

Una clienta canadiense nos contactó a través de Bancomext para que le fabricáramos las muestras de su nuevo catálogo de muebles. Nos mandó planos muy detallados. Negociamos que nos diera el 50% de anticipo. Le indiqué que estarían listos en 30 días, acordamos que podía ir a verlos sin que estuviera presente.

Estaba de viaje y la señora pasó a ver sus muestras ya terminadas.  Al día siguiente regresé a la fábrica y me acerqué a José mi jefe de taller para preguntarle cómo iba todo. Me llevó a ver las piezas, había un “cerro” de ellas. Le pregunté a José  por qué tantas y me dijo señalando un lote que esas eran las muestras de acuerdo a los planos. Las piezas estaban al milímetro. Entonces José me dijo que la señora quiso hacer modificaciones y cambios de proporciones y continuó haciéndolos hasta juntar muchas más piezas.

Me acerqué a la señora y después de saludarla (todo en inglés) le pregunté con curiosidad por qué había hecho tantas piezas. Me contestó enfadada –“¡Es que estos indios no saben trabajar!”-

Le dije a la señora que me acompañara por favor a la oficina.  Le comenté que había ofendido a mi gente, que son como si fueran de mi familia y también a mi país. Que no podíamos trabajar con ella. Entonces reaccionó de varias maneras, desde molesta hasta el extremo de ser suplicante y decirme que tenía mucho dinero que si le fabricaba su producción se podían vender muy bien las piezas y me iría muy bien. Le comenté calmadamente pero con firmeza que no había dinero que me comprara. Hicimos la cuenta, me pagó el saldo y se llevó sus piezas.

Pasaron dos meses y en la siguiente expo mueblera me encontré con una amiga que trabaja en una empresa de transportes. Mi amiga me preguntó si había sabido del caso de una señora canadiense que andaba cometiendo fraudes a productores de muebles. Era la misma persona. Mi amiga me comentó que la señora no le había pagado a la empresa transportista el flete a Canadá.

En México no somos santos y hay gente que comete fraudes. Sin embargo tuve la curiosidad de hablar al centro jurídico de Bancomext para averiguar cómo andan las demandas de mexicanos hacia extranjeros y extranjeros hacia mexicanos. El gerente de la ciudad de México me comentó que los extranjeros fraudulean en una proporción de 3:1 a los mexicanos. Ese era el marcador estadístico. Por cada mexicano que se pasa de vivo hay tres extranjeros que lo hacen.  Ese marcador tiene un gran componente de ingenuidad que todavía conservamos en buena parte en México. Creemos que son “mejores personas” (por algo son de “países civilizados”) y que no les pasa por la mente cometer actos indebidos.

El punto que quiero transmitir es que jamás te sientas que vales menos, tu, tus colaboradores, tu país, con respecto a gente de ningún nivel social, de ningún país, por “civilizado” y “buena fama” que pueda tener. Si alguien rebasa el límite de la dignidad en su trato hacia nosotros, es mejor cortar por lo sano y no pecar de ingenuidad.  Hay señales a las cuales hay que prestar atención.

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martes, 7 de febrero de 2017

La Razón Real del Por Qué No Funciona la Capacitación en las Empresas


La Razón Real del Por Qué No Funciona la Capacitación en las Empresas

Trabajé durante 5 años en una empresa líder de tecnología a nivel mundial. En aquellos tiempos la empresa tenía presupuesto para contratar los mejores cursos del mundo, traídos de Estados Unidos, Alemania, o donde fuera. Los instructores extranjeros se llevaban no menos de 30 mil dólares por impartir 24 horas de capacitación a 20 personas. Esos cursos eran magníficos. Y pasada la euforia de haberlos tomado, los compañeros nos preguntábamos ¿por qué nunca se implementaron?

La verdadera capacitación no termina sino hasta que se implementan los cursos. Si no se implementan, y todo queda en “cultura general” ¿para qué hacer el gasto? Nos quedaba la sensación de los cursos era una especie de “prestación” contemplada dentro de nuestros planes de beneficios, o días de asueto. Jamás había un seguimiento a lo que habíamos aprendido, mucho menos un cálculo de retorno de la inversión.

Habiendo trabajado por más de 25 años como capacitador me he dado cuenta que eso no es la excepción, sino la norma en la gran mayoría de empresas que contratan capacitación. Entonces, ¿a qué se debe que no se implemente?

Al director general.

Así como fallan los programas de calidad total o mejora continua si el director general no está convencido en hacer las transformaciones en su empresa, así la capacitación falla si el mismo director no toma primero el curso y da las instrucciones para el seguimiento e implementación de los cursos.

Aunque es raro encontrar a los directores generales tomando un curso, cuando lo hacen los colaboradores toman una actitud mucho mejor hacia la capacitación. Faltan poco o no faltan, toman notas, se involucran. Y el director general tiene un lenguaje común con los asistentes con el que puede pedir que se lleven a efecto todas las áreas de oportunidad que descubre el curso.

Habrá veces que el director no pueda asistir. Entonces debe pedir que varios participantes que lo tomaron que le hagan una exposición de lo que aprendieron para que se comparta el conocimiento internamente. Debe indicarse fechas de implementación y responsables como con cualquier otro objetivo empresarial.

Si el director puede asistir, indica humildemente con su liderazgo que él debe ser el primero en ser capacitado. Las decisiones  que toma afecta geométricamente a la organización. El perfil de un director incluye conocer bastante de todas las áreas. La capacitación acelerada le ayuda a cerrar todos los huecos que él pueda tener: fiscales, comerciales, mercadológicos, humanos, productivos o de cualquier índole.

Un director totalmente convencido de la capacitación participará incluso en el diseño del curso a la medida de la empresa. Tomará cuidado que los participantes tengan una hora de práctica cada semana o cada quince días para reforzar internamente entre ellos lo aprendido, por ejemplo en un curso de ventas. El director pedirá que los cambios se lleven al manual de operaciones. Creará una videoteca de los diferentes temas que los colaboradores tengan a la mano y para que los nuevos compañeros puedan ver para reducir su curva de aprendizaje.


Tendremos un evento este mes para abordar éste y más temas de cómo Hacer que la Capacitación Valga la Inversión, mayores informes gerencia@ccestrategica.com (33)1380-0578 y 79
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martes, 31 de enero de 2017


¿Adulteras o Sinergizas?

Conocer lo que realmente significa sinergia y adulterio nos va a ayudar en nuestras vidas personales y profesionales.

Pensemos en dos sustancias: aceite de motor y leche de vaca.

El aceite de motor en estado químicamente puro nos sirve para lubricar el motor de nuestro vehículo. Funciona perfectamente aun estando solo. La leche de vaca en estado químicamente puro nos sirve para alimentarnos. Funciona aun estando sola.
Ahora bien, imagina que queremos revolver las dos sustancias. La resultante del aceite de motor y la leche de vaca es una sustancia adulterada. Ya no nos sirve ni para lubricar el motor ni para tomarla. No importa cuanta energía metamos queriendo revolver las sustancias, cuanto tiempo y dinero invirtamos. Simplemente las sustancias jamás se integrarán.

Esa es lo que significa adulterar. Si no nos gusta Guadalajara, estamos cometiendo adulterio. Si no nos gusta nuestro trabajo, estamos cometiendo adulterio, ni ayudamos a nuestra empresa, ni la empresa en la que estamos trabajando nos hace bien. Si no nos la llevamos bien con nuestros compañeros de trabajo, no importa la energía, el coaching, el teambuilding, el tiempo invertido por nosotros hacia nuestra empresa, o el tiempo, dinero que la empresa en la que trabajamos invierta en nosotros, estamos cometiendo adulterio.

Ahora imagina que al aceite le ponemos un aditivo químico potencializador con el cual se integra perfectamente al mínimo esfuerzo. Ahora el motor funciona mejor. O imagina que a la leche le ponemos café y miel, sustancias con las que inmediatamente se integra, se hace una. Ahora la leche sabe mejor, las vitaminas de la miel nos nutren. Eso es sinergia.

En las metas de nuestras vidas debemos buscar el lugar, el país, los compañeros de vida y trabajo donde hagamos sinergia, donde las energías de las partes hagan una resultante mucho más fuerte y enriquecedora para todos.

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Capacitación  y Consultoría Estratégica, S.C.



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martes, 24 de enero de 2017


12 Tips Para Entrevistar Mejor.

Tener la competencia de saber entrevistar nos hará mejores profesionales en los campos en que nos desempeñemos. Es clave para el área de recursos humanos, ventas y directivos en general. También es esencial al elegir amistades e inclusive parejas para nuestra vida.

En una oportunidad en que participé en un diplomado de comercialización para una empresa, hicimos un experimento en donde los participantes elegían a un entrevistador diferente, que fuera muy conocido en México. Y en base a una serie de parámetros seleccionados por el grupo evaluamos a los entrevistadores uno a uno. Para nuestra sorpresa ninguno pasó los parámetros. Entonces, ¿por qué son populares? Porque representan a una tendencia política y cada uno tiene su segmento cautivo de mercado.

Mostramos entonces las doce fallas principales que encontramos en que incurrieron los entrevistadores:

1.    DEMASIADOS CAMBIOS ABRUPTOS DE TEMA. Los entrevistadores cambiaban de un tema a otro y no se llegaban a conclusiones en la entrevista. Los entrevistadores querían tocar demasiados puntos sin haber profundizado en los importantes.

2.    LOS ENTREVISTADORES NO TENÍAN UNA LISTA PRIORIZADA DE PREGUNTAS. Iban sin una agenda preparada, hacían demasiadas preguntas triviales, se notaba desorganización en la conducción de la entrevista.

3.    TERMINABAN LAS FRASES DEL ENTREVISTADO. Cuando el entrevistado expresaba una idea y hacía una pequeña pausa para concluir su punto, el entrevistador se adelantaba  ya que quería tener la opinión final del asunto que se trataba y decía lo que él creía que el entrevistado iba a decir, muchas veces equivocándose. Eso, además de ser muy molesto, nos impide como entrevistadores que tengamos una idea del punto real que nos quería comunicar el entrevistado.

4.    HABLABAN LA MAYOR PARTE DEL TIEMPO. Para ser una buena entrevista, el entrevistador debe de hablar alrededor del 20% del tiempo y el entrevistado el 80%. Si el entrevistador usa  mucho más del 20% de su tiempo, se convierte en persuasor, pero ya no en entrevistador. Un entrevistador así quiere lucirse, ser la “estrella” y usar simplemente al entrevistado.

5.    NO HACÍAN LAS PREGUNTAS DIFÍCILES DE MANERA SUTIL. Las preguntas difíciles son necesarias hacerlas, a fin de llegar a acuerdos. Pero hay que hacerlas de manera asertiva tales como “¿cuáles serían sus expectativas económicas?” evitando hacerlas de manera ruda: “¿con cuánto se viene a nuestra empresa? Otro ejemplo sería: ¿cuál es su presupuesto? (ruda), ¿qué rangos de precios busca? (sutil).

6.    HACÍAN LAS PREGUNTAS DIFÍCILES AL PRINCIPIO. Eso crea antagonismo. Se deben de hacer más hacia la mitad o el final de la entrevista, antes de haber creado una atmósfera de apertura y buena comunicación entre las partes.

7.    NO INDAGABAN MÁS CUANDO LA RESPUESTA DEL ENTREVISTADO NO ERA CLARA. Necesitamos conocer más profundamente al entrevistado y su posición hacia nuestra empresa si lo vamos a reclutar, sus objetivos profesionales o hacia nuestros productos si le queremos vender. No debemos permitir que el entrevistado “se salga por la tangente”.

8.    NO PRESTABAN ATENCIÓN AL LENGUAJE CORPORAL DEL ENTREVISTADO. El creer que la información verbal hablada o la información escrita (ya sea un catálogo o currículum) es suficiente, hace que se pierda la parte no-hablada, el lenguaje corporal del entrevistado, siendo que es la parte más honesta de información que recibiremos por parte del entrevistado.

9.    INCURRIÁN EN EXTREMOS: TALES COMO TOMAR MUCHAS NOTAS O NO TOMAR NINGUNA. El entrevistado se sentirá o acosado en el primer caso o ignorado en el segundo caso. Hay que tomar pocas notas, de palabras y conceptos clave de las respuestas a las preguntas preestablecidas que hayamos formulado.

10.  NO CONVERSABAN UN POCO ENTRE PREGUNTAS. Hay que conversar un poco entre las preguntas para relajar a las partes. Si sólo hacemos preguntas el entrevistado se sentirá en un interrogatorio de la Gestapo.

11.  NO HACÍAN UNA SOLA PREGUNTA A LA VEZ. Si hacemos varias preguntas simultáneas, confundiremos al entrevistado y no obtendremos ni una respuesta completa a ninguna de nuestras preguntas.

12.  NO HACÍAN LAS PREGUNTAS DE MANERA SIMPLE. Si una pregunta rebasa las diez palabras está mal diseñada, muestra que estamos confundidos y que ni siquiera sabemos qué preguntar. Las preguntas mejor redactadas son las más sencillas y asertivas.

Por supuesto hay más cosas que debemos de tomar en cuenta, como investigación previa del entrevistado, el medio ambiente de la entrevista, un lugar acogedor, el saludo de manos, etc, los cuales serían tema de otros posts Aquí sólo estamos mostrando los doce errores más comunes que notamos en nuestro experimento. Te sugiero que lo repliques y en base a esos doce errores analices a tu entrevistador favorito de radio o televisión. Verás que falla en varios de estos puntos.

Hay que mejorar nuestra competencia de entrevistadores. Todos lo necesitamos. El conocer a la contraparte es esencial para  la comunicación, los negocios y los objetivos que queremos lograr como equipo o compañeros de trabajo. Entrevista mejor entonces a tu pareja, a tus hijos, a tus padres, a tus compañeros de trabajo a tus clientes. Sé un mejor escuchador y evita el prejuzgar a la gente. Deja que se explayen para que los entiendas mejor.

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martes, 17 de enero de 2017

Lecciones Espartanas Contra Trump.


Lecciones Espartanas Contra Trump.

Hace más de 27 siglos, en el 700 antes de Cristo, nace la ciudad de Esparta, una provincia en lo que ahora es Grecia, cuna de los más feroces guerreros que jamás han pisado la faz de la tierra.

Al nacer un bebé espartano era rigurosamente examinado por una comisión de ancianos para determinar si era hermoso y sano, en caso contrario, se le consideraba una carga para la sociedad y se le despeñaba desde el monte Taigeto. A los 7 años se le arrancaba de su madre, pasando a vivir en grupo bajo el control de un magistrado especializado en condiciones militares. Se educaba al niño a comer lo que hubiere, se le dejaba a oscuras en el bosque para que perdiera el miedo, se le hacía marchar sin reposo alguno, a soportar el dolor mediante flagelaciones hasta sangrar sin emitir queja alguna, en otros casos metían a un zorro dentro de su vestimenta y tenían que soportar un tiempo que el zorro lo devorara vivo. A los 20 años se convertía en un guerrero implacable, una verdadera máquina de matar. Los conceptos de unidad, disciplina, honor, sacrificio y compañerismo eran imbuidos noche y día hasta los 60 años en que terminaba el entrenamiento militar. 

Las mujeres espartanas eran igualmente valientes que los hombres. Se dice que una espartana que había mandado a sus cinco hijos a la guerra se ubicó en las afueras de la ciudad para recibir más pronto las noticias del desenlace de la batalla. Cuando comenzaron a llegar los primeros guerreros, la mujer detiene a uno de ellos y lo interroga. El hombre, visiblemente incómodo, comienza a relatar cómo los cinco cayeron en el combate, - lo interrumpe la espartana - "¡No te pregunté por la suerte de mis hijos! ¡Te  pregunté por el resultado de la batalla!".

Esparta nunca estuvo amurallada. Sus habitantes solían decir: "Los hombres de verdad son mejor muralla que un montón de ladrillos".

Esparta daría una lección al mundo al enfrentar a Filipo, Rey de Macedonia (el padre de Alejandro Magno, el mayor conquistador de la historia).

Filipo había conquistado todas las regiones de Grecia menos Esparta. Al llegar cerca de la ciudad, manda a un mensajero con un papiro para el Rey de Esparta que decía:
“Ríndanse inmediatamente. Si ataco Esparta, destruiré casa por casa, sus granjas, mataré a todos sus hombres y esclavizaré a sus mujeres”.

El Rey de Esparta contestó el papiro escuetamente con una sola palabra: “Si”.

Filipo no atacó a Esparta.

De cuando en cuando hay un “bully”, un matón de barrio que se presenta a atemorizar a los menores. La historia demuestra que cuando se le han querido apaciguar, radicalizan sus demandas y no se evita la guerra.  Caso concreto los aliados europeos no enfrentaron  las amenazas de Hitler, sino hasta después que era evidente que iba contra todos.

El Rey de Esparta quiso realmente decir a Filipo, “Si me atacas y si me ganas, entonces sí destruirás mi ciudad y mi gente”.

Pero Filipo sabía bien que no obstante en una guerra iba a ganar Macedonia, la única manera de conquistar a Esparta era destruir a todos sus habitantes y que eso le tomaría enormes cantidades de ejércitos y tiempo. Al ver que los espartanos no se inmutaron por las amenazas, los dejó en paz.

Hay muchas cosas espartanas que no aplican a los mexicanos del día de hoy, pero varias que vale la pena considerar como la unidad y la valentía.

Trump ha insultado a los mexicanos. Nos ha amenazado de pagar por un muro (que es muy improbable que se construya, porque tomaría años indemnizar a los dueños de las tierras, entre otras cosas). Nos ha amenazado con cancelar o renegociar el TLC (NAFTA). Con castigar a las empresas que quieran vender a Estados Unidos, es decir una guerra comercial. Y mantiene una atmósfera irrespirable de amenazas, según como amanezca de humor.

El querer “apaciguar” a un egocentrista e ignorante no es buena estrategia. Sólo le daría alas para hacer mayores peticiones, tal como sucedió con Hitler.

La mejor manera es enfrentar la amenaza, y lo puede hacer el gobierno contestando escuetamente con un tweet (como le gusta a Trump):

“Mexico will not pay a cent for the Wall. Cancel NAFTA if you like”.
“México no pagará un centavo por el muro. Cancele el TLC si gusta”.

Las empresas internacionales, las estadounidenses y los gobernantes de todo el mundo verían que se le planta cara a Trump, y harían lo mismo (ya se pusieron de pie China, Japón y Alemania contra Trump). Que venga una guerra comercial si quiere, sólo que recuerde que mandará de regreso al mundo entero a 1929 con la crisis que se originó con el proteccionismo de Estados Unidos.

Hay que entender que las multinacionales son eso, empresas con dueños y accionistas de todo el mundo, que contratan personal de todo el mundo, que exportan e importan de todos los países, de los 5 continentes. La afectación a México es una afectación a todos los países y por supuesto a la región Norteamericana.

Hay que plantar cara a las amenazas, ya. Y si Trump cumple sus amenazas (cosa mucho muy impráctica) lo iba a hacer de todos modos, tratando de apaciguarlo o estando firmes, como debe de ser, estando en pie. A como nos toque.

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