martes, 17 de enero de 2017

Lecciones Espartanas Contra Trump.


Lecciones Espartanas Contra Trump.

Hace más de 27 siglos, en el 700 antes de Cristo, nace la ciudad de Esparta, una provincia en lo que ahora es Grecia, cuna de los más feroces guerreros que jamás han pisado la faz de la tierra.

Al nacer un bebé espartano era rigurosamente examinado por una comisión de ancianos para determinar si era hermoso y sano, en caso contrario, se le consideraba una carga para la sociedad y se le despeñaba desde el monte Taigeto. A los 7 años se le arrancaba de su madre, pasando a vivir en grupo bajo el control de un magistrado especializado en condiciones militares. Se educaba al niño a comer lo que hubiere, se le dejaba a oscuras en el bosque para que perdiera el miedo, se le hacía marchar sin reposo alguno, a soportar el dolor mediante flagelaciones hasta sangrar sin emitir queja alguna, en otros casos metían a un zorro dentro de su vestimenta y tenían que soportar un tiempo que el zorro lo devorara vivo. A los 20 años se convertía en un guerrero implacable, una verdadera máquina de matar. Los conceptos de unidad, disciplina, honor, sacrificio y compañerismo eran imbuidos noche y día hasta los 60 años en que terminaba el entrenamiento militar. 

Las mujeres espartanas eran igualmente valientes que los hombres. Se dice que una espartana que había mandado a sus cinco hijos a la guerra se ubicó en las afueras de la ciudad para recibir más pronto las noticias del desenlace de la batalla. Cuando comenzaron a llegar los primeros guerreros, la mujer detiene a uno de ellos y lo interroga. El hombre, visiblemente incómodo, comienza a relatar cómo los cinco cayeron en el combate, - lo interrumpe la espartana - "¡No te pregunté por la suerte de mis hijos! ¡Te  pregunté por el resultado de la batalla!".

Esparta nunca estuvo amurallada. Sus habitantes solían decir: "Los hombres de verdad son mejor muralla que un montón de ladrillos".

Esparta daría una lección al mundo al enfrentar a Filipo, Rey de Macedonia (el padre de Alejandro Magno, el mayor conquistador de la historia).

Filipo había conquistado todas las regiones de Grecia menos Esparta. Al llegar cerca de la ciudad, manda a un mensajero con un papiro para el Rey de Esparta que decía:
“Ríndanse inmediatamente. Si ataco Esparta, destruiré casa por casa, sus granjas, mataré a todos sus hombres y esclavizaré a sus mujeres”.

El Rey de Esparta contestó el papiro escuetamente con una sola palabra: “Si”.

Filipo no atacó a Esparta.

De cuando en cuando hay un “bully”, un matón de barrio que se presenta a atemorizar a los menores. La historia demuestra que cuando se le han querido apaciguar, radicalizan sus demandas y no se evita la guerra.  Caso concreto los aliados europeos no enfrentaron  las amenazas de Hitler, sino hasta después que era evidente que iba contra todos.

El Rey de Esparta quiso realmente decir a Filipo, “Si me atacas y si me ganas, entonces sí destruirás mi ciudad y mi gente”.

Pero Filipo sabía bien que no obstante en una guerra iba a ganar Macedonia, la única manera de conquistar a Esparta era destruir a todos sus habitantes y que eso le tomaría enormes cantidades de ejércitos y tiempo. Al ver que los espartanos no se inmutaron por las amenazas, los dejó en paz.

Hay muchas cosas espartanas que no aplican a los mexicanos del día de hoy, pero varias que vale la pena considerar como la unidad y la valentía.

Trump ha insultado a los mexicanos. Nos ha amenazado de pagar por un muro (que es muy improbable que se construya, porque tomaría años indemnizar a los dueños de las tierras, entre otras cosas). Nos ha amenazado con cancelar o renegociar el TLC (NAFTA). Con castigar a las empresas que quieran vender a Estados Unidos, es decir una guerra comercial. Y mantiene una atmósfera irrespirable de amenazas, según como amanezca de humor.

El querer “apaciguar” a un egocentrista e ignorante no es buena estrategia. Sólo le daría alas para hacer mayores peticiones, tal como sucedió con Hitler.

La mejor manera es enfrentar la amenaza, y lo puede hacer el gobierno contestando escuetamente con un tweet (como le gusta a Trump):

“Mexico will not pay a cent for the Wall. Cancel NAFTA if you like”.
“México no pagará un centavo por el muro. Cancele el TLC si gusta”.

Las empresas internacionales, las estadounidenses y los gobernantes de todo el mundo verían que se le planta cara a Trump, y harían lo mismo (ya se pusieron de pie China, Japón y Alemania contra Trump). Que venga una guerra comercial si quiere, sólo que recuerde que mandará de regreso al mundo entero a 1929 con la crisis que se originó con el proteccionismo de Estados Unidos.

Hay que entender que las multinacionales son eso, empresas con dueños y accionistas de todo el mundo, que contratan personal de todo el mundo, que exportan e importan de todos los países, de los 5 continentes. La afectación a México es una afectación a todos los países y por supuesto a la región Norteamericana.

Hay que plantar cara a las amenazas, ya. Y si Trump cumple sus amenazas (cosa mucho muy impráctica) lo iba a hacer de todos modos, tratando de apaciguarlo o estando firmes, como debe de ser, estando en pie. A como nos toque.

Derechos Reservados 2017, Ing. Gerardo Herrero Morales




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