martes, 16 de agosto de 2016



SERVICIO: ¿Existe una Diferencia Entre el Cliente Interno y el Externo?

Hay veces que tenemos confusión, si existen diferencias entre lo que llamamos un cliente externo y otro interno. Claro puede haber diferencias cosméticas, como que mi cliente externo usa traje y mi cliente interno no. Pero, en esencia ¿existen una diferencia en esencia? Veamos las cosas más a detalle: 
Un cliente externo espera de nosotros un producto (o servicio), en un tiempo determinado, en una calidad dentro de especificaciones, en la cantidad acordada y entregado una forma amable por el proveedor externo. A cambio de esto, el cliente externo está dispuesto a pagar el monto de dinero por dicho producto (o servicio). 
De ésta manera, cuando el proveedor externo,  entrega el producto (o servicio), el cliente externo lo inspecciona y evalúa. Si todo está bien, emite un recibo, mismo que llega al departamento de contabilidad del cliente externo, y se emite un pago al proveedor externo.
Si el cliente externo está satisfecho, puede volver a comprarle al proveedor externo, (en tanto no llegue otra empresa con una relación mayor de valor/costo) e inclusive recomendarlo para que tenga más participación de mercado dentro de las compras del cliente externo. 
Pongamos ahora de ejemplo a un operario (proveedor interno), el cual entrega su producción del turno a su supervisor (cliente interno). El supervisor mide el tiempo  que esté dentro del plazo acordado, checa la cantidad producida, cuenta que sea la que pidió, revisa la calidad y toma nota que se haya hecho con amabilidad. 
Si todo está bien, el supervisor, el cliente interno, pasa un reporte de conformidad, mismo que va a servir al departamento de nómina para que se le pague al operario. Si el supervisor llega a estar muy satisfecho, lo hace saber para que el operario, el proveedor interno, sea promovido a puestos de mayor responsabilidad.
Si en lugar de escoger como ejemplo a un supervisor de producción, hubiéramos escogido a un supervisor de contabilidad (cliente interno), éste evaluará de la misma manera a la persona encargada de facturación (proveedor interno). Es decir, el supervisor de contabilidad sigue los mismos pasos que el supervisor de producción.
Como vemos, y para contestar la pregunta planteada en el encabezado, los parámetros de medición, con que nos miden los clientes internos y los clientes externos, son iguales. Los pasos son exactamente los mismos.
Por lo que las reflexiones principales que debemos tomar son 2:
1)    Ya sea que trabajemos atendiendo sólo a clientes internos, debemos tener presente que cualquier falla que tengamos en los 4 parámetros clave: tiempo, cantidad, calidad y amabilidad, afectarán los procesos de servicio o los procesos de productos con los que nuestra empresa atiende a los clientes externos. No hay ninguna diferencia en la evaluación, sin importar que trabajemos en áreas administrativas, de recursos humanos, contables, productivas, comerciales, o cualquier otra índole. 
2)    Nunca debemos confiarnos, en que hemos estado haciendo bien las cosas hasta ahora ya que “ventas pasadas, no implican ventas futuras”. Por ejemplo, supongamos que el operario, el proveedor interno, lleva 20 años elaborando piezas de calidad. Pero en un descuido, el día de hoy, echa a perder la producción. Puede ser despedido por el supervisor, el cliente interno. Y ya no habrán ventas futuras. 
Lo cual implica que el día de hoy debemos hacer las cosas bien para que se nos pague nuestra productividad del día de hoy. Y mañana debemos hacer las cosas bien, o mejor aún que el día de hoy, para mantener nuestra competitividad. Ya que siempre, tanto los clientes internos como los clientes externos, estarán demandando una mejora continua.
Derechos Reservados, Ing. Gerardo Herrero Morales, 2016
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gerencia@ccestrategica.com


martes, 9 de agosto de 2016


RECLUTAMIENTO: Las Empresas son de Marte, las Universidades son de Venus.

Todos hemos pasado el llamado “shock de primer año”, cuando salimos de la universidad  recién graduados y entramos a una empresa. Es un sentimiento de indefensión, muchas veces de angustia, de no comprender qué es lo que pasa al entrar a una empresa, si se supone que la universidad dice que nos “comeríamos el mundo” y que nos ha preparado para tal evento. No nos hemos puesto a pensar el por qué, en vez de tener una transición natural y suave, sufrimos enormemente para hacer ajustes y adaptarnos al nuevo entorno. Es que en realidad, estamos hablando de dos sistemas, dos planetas muy diferentes. Sin querer agotar ejemplos, veamos el por qué:

1)    En la universidad te premian con “mención honorífica” si te sacas, digamos 95/100 en promedio. El pase de aceptación, llamado “panzazo” es de 70/100. En las empresas se trabaja con 100/100 en muchos casos. Por ejemplo, en la industria de la aviación. No se pueden tener 30 accidentes de cada 100 vuelos y decir que es aceptable. En otras industrias el pase es de 99.999999/100. Por ejemplo en la industria farmacéutica. No se pueden tener 5 medicinas defectuosas, que dañen la salud humana, en un lote de 100 que se fabrican y esperar que la sociedad nos de premios honoríficos. En las empresas, un humilde almacenista tiene que contar con exactitud al  99/100 sus registros de inventario entre lo físico y lo que dice el sistema, para estar en el panzazo. Una secretaria no se puede sacar 70/100, ni siquiera 95/100 en su ortografía sin ser despedida. Ella tiene que trabajar al 99/100 como “panzazo”.  El gerente de cobranza no puede tener 95/100 en la recuperación de la cartera con los clientes y esperar un premio, sino una llamada de atención o despido. Los parámetros con que se miden la mediocridad/excelencia son mucho más estrictos en el mundo real, en las empresas que en las universidades. Los paradigmas universitarios, de manera subliminal, llevan hacia la mediocridad.

2)    En las universidades no se administraban recursos. Ni maquinaria y equipo, recursos humanos, dinero. Se veían materias teóricas y quizá algunos laboratorios, pero no tuvimos que enfrentar proyectos con dinero real, o el tener subordinados o muchos jefes simultáneos. En las empresas se nos valúa ventas por semana, embarques por mes,  productividad por metro cuadrado, por operario, por menor desperdicio de materias primas. De ahí que exista la tensión natural de un egresado a un mundo donde la boleta de calificaciones no tiene ninguna relevancia desde el primer día de ingreso.

3)    En las universidades no nos enseñaron a tomar decisiones y ver los resultados inmediatos o a mediano plazo. En las empresas tenemos que tomarlas todos los días y ser evaluados por resultados de las mismas. En la universidad nuestra evaluación era un examen de conocimientos, en las empresas nuestra evaluación es por cumplimiento de objetivos y en donde los resultados buenos de hoy son malos el día de mañana.

4)    En la universidad, de alguna manera, nos encaminaba sutilmente a ser antisociales. Podíamos sacarnos 10, estudiar individualmente y desentendernos totalmente de cómo les fue al resto del grupo. En las empresas debemos socializar y ver por los resultados, no solo propios, sino del equipo de trabajo y de la empresa misma. Tenemos por fuerza que tener buenas relaciones con los compañeros de trabajo, clientes, proveedores internos y externos.

5)    En la universidad no importaba que no tuviéramos actitud de servicio; siempre y cuando entregáramos los trabajos y pasáramos los exámenes, todo estaría bien. Podíamos pasar aislados todo el semestre en un cubículo, o una biblioteca y ser exitosos en ese sistema. En la empresa se evalúan los modales, el estar presente todo el tiempo, el contar con disposición de ayuda a todo aquel que lo necesitara, nos lo pida o no, es decir, se castiga desde la suciedad del área de trabajo y la indiferencia hacia los compañeros.

6)    En la universidad no nos jugábamos la existencia misma. Había muchas oportunidades de fallar, hacer extraordinarios y seguir adelante. En las empresas raramente hay “extraordinarios”: una falla, en un embarque, en un error en la producción, una orden de compra con material erróneo, en una expo fallida, en una negociación mal llevada con un cliente, puede significar la quiebra.

7)    Las competencias requeridas en las empresas, liderazgo, toma de decisiones, negociación, inteligencia emocional, comunicación asertiva, aspectos fiscales, manejo de personal, el trabajar por resultados, no se enseñaron, ni siquiera se estudiaron, menos se pusieron en práctica.

8)    En una academia naval de alto rendimiento, los reclutas pasan, no sólo muchas horas estudiando y atendiendo a clases, sino innumerables horas practicando con armas su puntería, muchas horas en inmersión de submarinos reales, acumulando horas de vuelo piloteando aviones. La transición de un graduado naval al mundo real es suave. Está preparado en el ambiente, en los sistemas, académica, física, emocional y espiritualmente. En contrapartida, los graduados universitarios no han experimentado nunca la guerra comercial,  que tienen las empresas con sus competidores, que no está hecha a base de bombas, sino a campañas publicitarias. Las bajas se dan, tanto en las guerras militares como en las comerciales. Los graduados de repente no saben por qué a las salas de junta en las empresas se les denomina salas de guerra, y existe un sentido de urgencia perene, a veces algo neurótico en todos los niveles. Los graduados universitarios no fueron preparados en los sistemas de las empresas (ERPs, SAP, CRMs, MS Project son algunos).

Marte es el planeta de la guerra, y las empresas están inmersas en ese ambiente. Aunque a veces cuando entramos a alguna de ellas,  sintamos todo aparentemente armónico y tranquilo, la sensación de competencia diaria de crecer o morir es patente: en las juntas de trabajo con personal multidisciplinario y lleno de cicatrices por las “batallas”. Basta uno o dos meses malos en una empresa para que se respire en el aire.  A nivel mundial se estima que sólo 3 empresas de cada 100 que se abren hoy, no existirán 10 años después.

La presión de estado de guerra es algo que a los graduados universitarios no se les dio la oportunidad de experimentar, para que se sobrepusieran llegado el momento. Las universidades no se preocuparon siquiera por simular esas condiciones, y que la transición fuera suave. Los profesores universitarios raramente han salido de sus cubículos. En cambio, los profesores militares  son veteranos de guerras reales en todo tipo de condiciones, subiendo escalón por escalón desde soldados rasos, hasta profesores, que es el mayor honor de una academia militar.

Por estas razones –y otras más en las que podríamos abundar- las empresas sufren mucho en sus procesos de reclutamiento. Y pueden contratar a egresados con “mención honorífica”, pero totalmente antisociales, tímidos para la toma de decisiones, sin capacidad de liderazgo, cayendo en extremos de pasividad o agresividad (síntoma inequívoco de inseguridad), sin empuje para mover personas. Esto a pesar de que las universidades tuvieron durante 4 o 5 años a su disposición la mejor gente que una sociedad pudo mandar.

No esperemos que las universidades cambien, a pesar de que anuncian que sus egresados son líderes. No pueden serlo, al menos no como recién egresados, porque el sistema universitario –planeta- donde provienen, les enseñaron en un ambiente más bien pasivo, solamente a tomar notas, estudiar (lo que es bueno, pero insuficiente), pasar exámenes sobre esos estudios. No les enseñaron a ensuciarse las manos, a crear proyectos nuevos, a tomar riesgos medidos, a tomar decisiones, a administrar recursos reales.

Lo único que puede hacer la empresa es reclutar más por actitud, y reforzar sus sistemas internos de capacitación, definida ésta como la actividad “puente” entre dos planetas muy distintos. Que la empresa trate, si puede, con su propia capacitación y en tiempo récord (ya que no dispone del lujo de 4 años) de cerrar los espacios del perfil que recibe, un estudiante que aprobó exámenes teóricos de materias muchas veces irrelevantes, y lo que necesita: un colaborador con resiliencia que entregue resultados tangibles en el cumplimiento de objetivos reales.

Derechos Reservados, Ing. Gerardo Herrero Morales, 2016.


martes, 26 de julio de 2016

ADMINISTRACIÓN DEL TIEMPO: Pros y Contras del Sistema Urgente - Importante


Administración del Tiempo:
Pros y Contras del Sistema Urgente –Importante

Este es el sistema más conocido de administración del tiempo. Data de la década de los años 20´s cuando un profesor universitario estadounidense tuvo la idea de ubicar dos dimensiones: urgencia e importancia y de ahí se derivaron 4 cuadrantes como se muestra en la siguiente gráfica.



Posteriormente se atribuye su uso al general estadounidense de la segunda guerra mundial y después presidente de Estados Unidos Dwight D. Eisenhower que se conociera como la “Matriz Eisenhower”.

El sistema se hizo conocido masivamente con la publicación del libro “Los 7 Hábitos de la Gente Altamente Eficaz” del Dr. Stephen Covey y así es como se le conoce: el sistema Covey.

Es posible que el 90% o más de los cursos a nivel mundial de Administración del Tiempo sean réplicas del sistema Covey.

Ahora bien, veamos qué pros y contras tiene. Empezemos por los pros.

1)   El sistema es relativamente fácil de entender. Todos tenemos una idea de lo que es el concepto urgente-no urgente, importante-no importante, por lo que se puede enseñar fácilmente.
2)   Cuando no se tiene un sistema mejor esto es un avance, a la opción de estar desorganizados.
3)   El sistema funciona para personas de baja actividad laboral, con pocas actividades por clasificar.

¿Cuáles serían los contras?

1)   El definir el concepto “urgente”. Para una persona o un contexto particular puede significar inmediatamente. Para otra persona puede significar algo que hacer dentro de un período de 24 horas. Pero para otra persona puede ser dentro de 72 horas.

2)   El definir el concepto importante es también vago y no preciso, ya que lo que es importante para alguien no lo es para otras personas.

3)   El tercer cuadrante es el cuadrante misterioso. Ya que es muy difícil que haya actividades que no importen, ¡pero que a la vez sean urgentes!

4)   Si el cuadrante 3 son actividades que no importan y las del cuadrante 4 también no importan, ¿para qué hacerlas?, si de todos modos no importan. Lo que nos lleva al punto…

5)   Podríamos cancelar fácilmente los cuadrantes 3 y 4, quedándonos sólo con el 1 y el 2. Si tenemos 100, 200 actividades por clasificar y sólo dos cuadrantes, se saturarían rápidamente.

6)   Para ejecutivos mandos medios y superiores, que fácilmente pueden tener 300-1,000 actividades por clasificar en un año a partir de hoy, el tener sólo dos cuadrantes hace que estemos casi en el punto de partida, con un montón de cosas por hacer y no saber por dónde empezar.

7)   Covey no proveyó información de un sistema de priorización de actividades más allá de mencionar“put first things first” (pon las cosas prioritarias primero). Esto es insuficiente para la gente que le gusta la precisión, como planeadores de la producción, ingenieros, líderes de proyectos y directivos.

8)   El sistema es incompatible con las tecnologías de administración de proyectos, y software como MS Project, donde no podemos alimentar actividades con un parámetro “urgente”.

9)   El sistema es incompatible con la metodología SMART (Que una actividad sea específica, medible, alcanzable, relevante, en un tiempo definido), de planeación de objetivos, ya que nos pide ser eSpecíficos.

¿Qué podemos hacer?

Apegarnos a la S de Smart, ser eSpecíficos. Por ejemplo, en vez de decir:
“Esta actividad urge y es importante”

Decir, “esta actividad la quiero terminar para mañana Jueves 28 de Julio, a las 4 de la tarde y está en el número 7 de mi lista de prioridades”.

En pocas palabras, no digas que algo es “urgente”. Di para cuándo, día y hora lo quieres hacer, o si lo delegaste cuándo quieres que lo termine la persona encargada. (De hecho la palabra "urgente" debería estar prohibida en las empresas ya que todo es “urgente” para todos y se diluye el impacto de la instrucción).

No digas que es “importante”. Si la vas a delegar di: “Juan, esta es la actividad que quiero que hagas en la prioridad #7, insértala y recorre todas las otras prioridades de la lista que te dado un número hacia arriba”.

Hay varios métodos mejores que los vagos urgente-importante. En el curso Administración del Tiempo y Productividad, te mostramos varias maneras de organizar tu agenda personal, delegar y organizar los trabajos y proyectos de equipo. Y lo mejor de todo, usarás tus actividades reales tus propios casos, no importa si eres el director, el dueño de la empresa, gerente o supervisor, no importa si has tomado varios cursos previos, nacionales o extranjeros. Saldrás con las respuestas a administrar el recurso más escaso de todos: el tiempo.

Derechos reservados, Ing. Gerardo Herrero Morales, 2016.

Más información del próximo curso: 
http://ccestrategica.com/0,6,administraci%EF%BF%BDln-del-tiempo-y-productividad.html 

Testimoniales:
http://ccestrategica.com/0,229,administraci%EF%BF%BDln-del-tiempo-y-productividad.html





martes, 19 de julio de 2016

RECONOCIMIENTO: ¿Sólo una Foto o una Cachucha?


Luis Manuel (q.e.p.d.) se llamaba el chofer de la fábrica de muebles. Durante 14 años fue mi empleado multi-funcional: sabía plomería, herrería, electricidad, carpintería, albañilería, entre otras cosas. Como era mi “mano izquierda” (sólo detrás de mis cuatro “manos derechas”, el jefe de taller, el de pintura, el contador, y la asistente administrativa), terminó de chofer de confianza para entregar pedidos locales y la delicada tarea de cobrador.

En una ocasión teníamos un cerro de mangueras electrónicas inservibles de máquinas de soldar de microalambre.

Cada máquina de soldar de microalambre era una inversión fuerte para la fábrica. Nos había dicho el proveedor que una vez que a una manguera se le rompen los cables interiores con el uso, había que tirarla. El reponer una sola manguera costaba más de $5,000 en aquel entonces, y era una pena que se tuvieran que reponer aproximadamente cada tres años máximo por el uso normal. Según el proveedor, no había remedio alguno posible, y yo estaba resignado a disponer una cantidad de dinero para las reposiciones.

Luis Manuel, a quien le decíamos “Guicho”, un día me buscó y me preguntó que “¿cuánto le daría si le reparara las mangueras?”. Para empezar yo tenía el paradigma de que “eso no era posible” (aún cuando siempre hay que estar abiertos a cambiar de paradigmas, me parecía que era la palabra del experto contra un ayudante sin título de licenciatura). Pero Luis muy jovialmente me dijo que estaba seguro de poderlas reparar y que durarían lo mismo que nuevas. Le dije entonces que le daría $800 si eso ocurriera, pero que tendrían que durar por lo menos 6 meses, y que el jefe de taller certificara el uso de las mangueras reparadas. El pago se haría hasta después de pasados los 6 meses.

Entonces Guicho aceptó, y se quedó durante dos semanas seguidas por las tardes, y las reparó todas.

Efectivamente, las mangueras eléctricas reparadas duraron casi como nuevas, y Guicho se llevó un dinero extra para su casa y la fábrica tuvo un ahorro considerable. 

Hay mucha gente dentro de las organizaciones que tiene ideas brillantes, pero que no se les permite llevar a cabo su creatividad. O cuando se les permite, les dan una cachucha, una camiseta o un aplauso de reconocimiento. Todo eso está bien,  pero es insuficiente. 

A mi modo de ver las cosas, la gente trabaja antes que nada por dinero. El que lo hagan dentro de un ambiente de trabajo positivo, el "salario emocional" es muy positivo. Pero debe haber un SISTEMA, donde haya un porcentaje o participación para los empleados que hacen cosas especiales hacia la empresa. Que los empleados sientan que pueden ganar más para la empresa, y no que estén anclados en un sueldo fijo.

Derechos reservados, Ing. Gerardo Herrero Morales, 2016.

gerencia@ccestrategica.com

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miércoles, 13 de julio de 2016

EDUCACIÓN: "Casarse Está en Griego".


En un viaje de juventud recorrí en más de cinco meses una docena de países europeos al más puro estilo "backpacking" de Indiana Jones. Grecia es por supuesto, una parada obligada del mochilero internacional. Con la promesa de hermosas playas, ruinas, paisajes, discotecas, muy buen ambiente, un país barato comparado al resto de Europa y un sol radiante ¿qué más podría pedir un joven?

Al llegar al puerto de la legendaria isla Santorini que hizo erupción hace miles de años, los proveedores nativos de cuartos y hoteles se acercaban ofreciendo lo mejor a precios de ganga. Uno en particular me llamó la atención. Era un griego  bronceado no muy alto y de algunos 32 años. Venía en una vieja combi VW que bajaba ruidosamente la carretera del espectacular acantilado con su pequeño hijo de 7 años, quien era el que realmente abordaba a los turistas y les enseñaba fotos de los cuartos que ofrecía en la playa Kamari de arenas negras volcánicas. Decidí seleccionar al papá y al hijo, porque me interesaba conocer el otro lado de la isla. El niño había aprendido un extenso y perfecto inglés mientras que el padre no sabía ni una sola frase. El niño servía de guía para informarte cómo llegar a las secciones arqueológicas de más de 3,500 años de la isla (se dice que Santorini formaba parte de la mítica Atlántida) y además negociaba con energía los precios que regateaban los turistas suecos, alemanes, italianos, etc. Curioso, porque los mismos italianos odian hablar en inglés, pero cuando no les queda de otra, hasta ellos tienen que apegarse al idioma universal.

¿Qué le espera a un niño griego si no habla inglés?: El aislamiento total. Estamos hablando de Grecia, el país al que se considera la "cuna de la civilización occidental". No es que no estén orgullosos de su idioma, lo están, pero para poder comunicarse, el griego no llega un kilómetro fuera de las fronteras de Grecia.

Hay mucha gente que estudia como segunda lengua francés, alemán, chino, árabe, japonés, etc, como " segundo idioma", antes que el idioma universal: el inglés.

Hay varias razones ilógicas de por qué lo hacen: una puede ser que los papás de un niño tienen normalmente resentimiento hacia Estados Unidos o Inglaterra. Otra puede ser que los políticos del país tengan resentimiento hacia esos países. Por ejemplo, en la otrora URSS se enseñaba mucho el francés. Una situación ilógica es que los padres hacen que su hijo estudie un idioma porque "suena bonito" o le da cierto "status". El problema es que los hijos son los que pagan los errores de los padres. También, una persona adulta puede preferir estudiar otro idioma primero antes que inglés, porque sienta "afinidad" con el idioma que estudia.

Un caso es un conocido quien se fue a Francia a estudiar en leyes porque quería entrar al servicio diplomático de México. Aprendió maravillosamente el francés, pero no el inglés, por mil razones. Lo único malo fue que rechazaron su solicitud precisamente por no saber inglés. Su perspectiva original de su vida quedó modificada.

Me agrada el idioma alemán y dado que ya hablaba inglés, decidí estudiar tres años alemán en el Instituto Goethe, y dos meses en Austria. Y bien, ¿para que me ha servido en mi vida práctica? Para divertirme con mis compañeros de clase, para presumirlo en mi currículum de papel, pero eso es todo. Aprendí incluso alemán técnico, ya que soy ingeniero mecánico eléctrico, lo malo es que los datos técnicos de maquinaria vienen en inglés. Pero en retrospectiva considero que hubiera sido más práctico y provechoso aprender un oficio como cocinar, habilidades como lectura rápida o aún haber profundizado mi conocimiento de inglés. Los alemanes que viven en México ya hablan español o mínimo el inglés.

Sí hay razones lógicas por qué las personas aprenden un segundo idioma diferente al inglés. Puede ser que la persona se va a ir a vivir o a estudiar a Francia, Alemania, Japón, China, etc. O bien se van a casar con una pareja de esos países. Posiblemente ocurra que deseamos conservar las raíces de nuestros antepasados (aprendemos árabe porque tenemos parientes árabes). En estos casos es adecuado el aprender el idioma particular. Por ejemplo, para haber justificado mi inversión de tiempo y dinero debería haberme conseguido una esposa alemana, austriaca o suiza. Sin duda casarse con una griega sería un buen motivo para aprender griego.

Ahora bien, hay idiomas particulares que tienen gran valor no sólo por el poder de comunicación, sino para propósitos diversos. El griego, por ejemplo, es un idioma clásico y los eruditos en arqueología, filosofía, etc., deberían de estudiarlo como parte de su profesión. De igual manera un estudiante de música que quiera cantar ópera debe aprender el italiano. Si no es el caso de tu hijo, si no sabe inglés primero y bien, no es muy práctico que aprenda primero otro idioma distinto. Por supuesto que habrá gente que no este de acuerdo con esta afirmación, pero echemos un vistazo a la situación idiomática mundial (por cierto que las fuentes varían mucho en la clasificación de los idiomas, pero sirva para darte una idea):

1. Chino Mandarín. Hablado por unos 1,050 millones de personas como primera lengua, pero en China y Taiwán únicamente. Por supuesto, que para agregar dificultad, los caracteres están en chino. Tiene un valor bajo de "segunda lengua".

2. Inglés. Hablado por 510 millones de personas como primera lengua, pero repartidas en todos los continentes. Además es el "el lenguaje universal" como valor de "segunda lengua". Los caracteres son latinos.

3. Hindú. Hablado por 490 millones como primera lengua, pero únicamente en la India, con caracteres devanagari y con un valor nulo de segunda lengua.

 4. Español. Hablado por 425 millones como primera lengua, hablado en España, bastante distribuido en las Américas y poco distribuido en el resto del mundo, con caracteres latinos y con valor muy alto de "segunda lengua" (en Estados Unidos, hay casi 30 millones de parlantes), además que el idioma gana fuerza, ya que la mayoría de estudiantes sajones en Estados Unidos lo ha escogido como "segunda lengua" y la tasa de natalidad de los latinoamericanos es alta y tiene una buena penetración en Canadá, Francia, Brasil, Italia, Portugal e Inglaterra.

5. Árabe. Hablado por 255 millones como primera lengua, medianamente distribuido en África, con caracteres arábigos y de valor regular de segunda lengua.

6. Ruso. Hablado por 254 millones como primera lengua, moderadamente distribuido por Asia, con caracteres cirílicos y de valor bajo de segunda lengua.

7. Portugués. Hablado por 218 millones de personas como primera lengua, hablado en Brasil, Portugal y unos pocos países africanos, con valor regular de segunda lengua.

8. Bengalés. Hablado por 215 millones de personas como primera lengua sólo en Bangladesh, caracteres bengalíes, valor nulo de "segunda lengua".

9. Malayo. Hablado por 175 millones, únicamente en Indonesia, Malasia y Singapur, caracteres latinos y valor nulo de "segunda lengua".

10. Francés. Hablado por 130 millones, en Francia, la mitad de Canadá, Bélgica y algunos países sueltos, principalmente en el oeste de África, con algo de penetración en España e Italia. Caracteres latinos, y valor fuerte de "segunda lengua" (hay que hacer notar que el francés como primera lengua pierde fuerza, ya que, entre otras cosas, las tasas de natalidad de los franceses belgas y canadienses son muy bajas).

11. Japonés. Hablado por 127 millones, únicamente en Japón. Caracteres chinos y dos alfabetos japoneses, valor bajo de "segunda lengua".

12. Alemán. Hablado por 123 millones, en Alemania, Austria, Suiza y Lichtenstein, caracteres latinos, y un nivel bueno de "segunda lengua" (es el idioma más importante en Europa después del inglés y por sobre el francés, ya que lo hablan bastantes holandeses, suecos, daneses, húngaros, noruegos, croatas, turcos, etc).

Ahora bien, si acomodamos los idiomas bajo criterios de tasas de crecimiento y difusión creciente, así como importancia relativa, (diferentes criterios dan diferentes “rankings”, los cuales siempre son algo arbitrarios), podríamos sugerir:

1. Inglés, 2. Español, 3. Francés, 4. Alemán, 5. Árabe, 6. Chino, 7. Portugués, 8. Ruso, 9. Japonés, 10. Hindú.

Este acomodo de prioridades es poco factible que cambie con el tiempo. Por ejemplo: puede sonar que el español, siendo el segundo lugar, está muy cerca del inglés, pero no es así: la diferencia es abismal entre el primer lugar, el inglés y el español.

Si tus hijos nacieron en cualquier país que no se hable el inglés como primera lengua, lo práctico es que adopten el inglés como segunda y el español como tercera. Si nacieron en un país de habla hispana, el segundo idioma es el inglés y el tercero lo que gustes.

Ahora mismo hay gente que manda a sus hijos a colegios donde enseñan francés, alemán, etc, hasta chino mandarín, con la idea que es idioma de la potencia mundial futura, pero aquí están las razones del por qué el chino no será el idioma universal:

El inglés ya se ha consolidado durante los últimos 200 años. La "masa crítica" es creciente e irreversible (como la inercia que trae una bola gigantesca de nieve). Es ya la "segunda lengua" de todos los países del mundo. La infraestructura creada en escuelas, libros, la globalización y los ejércitos de maestros hacen que con el tiempo, en lugar de acortarse, cada vez sea más grande la brecha ente el inglés y cualquier otro idioma.

Los chinos no están esperando a "que el mundo cambie al chino como segunda lengua", ellos están aprendiendo el inglés como segunda fuerza y a todo vapor.

"El inglés es el idioma universal, global y es la clave para que nosotros los chinos accedamos a los avances tecnológicos y científicos de Occidente. Desde la Segunda Guerra Mundial el inglés se ha convertido en el lenguaje estándar. En vista de esta situación, la gente de todo el mundo considera unánimemente al inglés como el idioma más útil al cruzar la frontera de cualquier país. Así, desde el punto de vista de un chino común y corriente, el inglés no es idioma para que hablemos con estadounidenses o ingleses, es el idioma para que nos comuniquemos con japoneses, coreanos, tailandeses, singapurenses.

A partir del inicio de los años 80's el inglés se ha hecho obligatorio para entrar a la universidad. Los chinos consideramos el inglés como el más popular idioma extranjero. Se estima que el total de chinos que ahora mismo estudian inglés es mucho más grande que la población total (510 millones) de angloparlantes nativos en todo el mundo. La primavera del inglés ha arribado a China".

Ji Shaobin.

Es un error considerar al inglés como el idioma del "imperio" o "país malo" Estados Unidos. El inglés es simplemente el idioma nativo de decenas de países y el no saberlo es considerado el "segundo tipo" de analfabetismo (el tercero es no saber computación básica).

Y por cierto, no estaría del todo mal que los países del mundo imitaran el ejemplo chino, especialmente los países latinoamericanos y en particular México, por su frontera de miles de kilómetros con Estados Unidos y el Tratado de Libre Comercio.

En cuanto al francés está perdiendo "mercado", inclusive en Canadá.

“En la provincia de Ontario el número de personas que conservan el francés continua bajando. En el 2001 lo hablaban el 56.5% de los hogares comparado con el 59% de 1999. Quizá los jóvenes no perciben valor agregado de aprender francés en las escuelas. En ciudades multilingues, la población francesa esta geográficamente diluida, lo que es otro factor que contribuye a la erosión de los francoparlantes”.
Yanik Dumont.

El español está creciendo y ganando "mercado" a pasos grandes comiéndose la participación de mercado del francés, principalmente en los Estados Unidos y algo en Europa.

"Más de 1.4 millones de estudiantes universitarios se enlistaron para aprender idiomas en el otoño del 2002. El español fue el idioma más enseñado en las universidades estadounidense con el 53% de la gente inscrita, seguido por el francés con el 14.4%, alemán con el 7.1% italiano con el 4.5%, japonés con el 3.7 y el chino con el 2.4%".  
          Encarta, los idiomas más hablados.

“Estados Unidos se ha convertido en el segundo país con mayor número de hispano parlantes en el mundo, por delante de España y tan sólo por detrás de México”, según revela un estudio realizado por el Instituto Cervantes.

El análisis lleva por nombre "Enciclopedia del español en los Estados Unidos", y en el se estima que si bien EEUU es actualmente la segunda potencia del español a nivel mundial, para el año 2050 podría ser la primera por encima de México.

Y es que el aumento de latinos que comenzó en los estados fronterizos del sur, y que después avanzó al Atlántico y el Pacífico, ahora cubre casi toda la unión americana, al grado de que Seattle, una de las ciudades más alejadas de México, ya cuenta con un 10% de Hispanos, según publica el diario El País.

Humberto López Morales, un puertorriqueño que se encargó de coordinar el estudio, asegura que las leyes en algunos estados que tratan de imponer el english only (solo inglés) no ayudan en nada, pues se trata de un fenómeno imparable.

Por su parte, Eduardo Lago, director del Instituto Cervantes en Nueva York, hace énfasis en el empuje de la cultura latina con el idioma como un referente básico de su identidad. Como ejemplo, las empresas reclaman empleados bilingües que puede ganar hasta 20 mil dólares más al año si dominan ambos idiomas, al igual que los medios de comunicación presentan cada vez más contenidos en español.

Además, en el caso de los estudiantes universitarios que eligen otro idioma el español también predomina. Unos 823 mil eligieron ese idioma como optativa en sus cursos, muy por encima de otros como el francés o el alemán.

Las proyecciones demográficas de la oficina del censo de los EEUU hablan de unos 140 millones de hispanos para el año 2050. Como la tendencia de esos últimos años es hacia el bilingüismo, lo que incluye naturalmente el mantenimiento del español, no cabe duda que para esas fechas el número de hablantes del inglés y del español estarán muy igualados”.
Humberto López Morales.

Está muy bien aprender idiomas, sin embargo, hay que ser prácticos en la vida y debemos tener claras las prioridades, porque el tiempo apremia y perdemos competitividad, tanto personal como a nivel país al no hacerlo.

En resumen, ten claras las prioridades: primero es que tu hijo domine bien el inglés, y si después le gusta otro idioma adelante. De otro modo se restringen mucho sus opciones de vida en este mundo angloparlante. Si hablas inglés, háblaselos a tus hijos desde que son bebés. O bien inscribirlos en un colegio donde le dan “inmersión total” de inglés o al menos bilingües. Cuando compres películas en inglés, ponle subtítulos en inglés también. Eso hará que tus hijos entrenen su oído muy rápido, aprendan las palabras como se escriben y visualicen todo dentro de un contexto. Es efectivo el método. También trata de enviarlos una temporada o veranos a escuelas de idiomas en un país de inglés nativo.

Derechos Reservados, Ing. Gerardo Herrero Morales, 2016

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martes, 5 de julio de 2016

COMUNICACIÓN: La Incomprensión del Hombre y la Mujer Desde la Edad de Piedra.



“Los amigos son generalmente del mismo sexo, porque cuando los hombres y las mujeres se ponen de acuerdo, es sólo en las conclusiones; las razones son diferentes”.
George Santayana. 

En las antiguas aldeas de los primeros humanos, los hombres en grupo salían a cazar mamuts y con lanzas. Las vidas de estos hombres corrían graves riesgos; el mamut podría pisarlos como pisar un bicho. Por ello, los hombres aprendieron a protegerse mutuamente como hermanos. La amistad profunda entre los varones se hizo grande debido a las emociones y la adrenalina compartida. Los hombres aprendieron también a concentrarse en una sola cosa; en este caso, no perder de vista un segundo su objetivo: todos los movimientos del mamut. Asimismo los hombres aprendieron a hablar poco, callar mucho, ya que podían atraer sobre sí a la furia del mamut.

El hombre se hizo más parco al hablar y enfocado en el objetivo. El hombre no tenía tiempo para pensar en seguridad, dado que su en su entorno de vida era inexistente.

Mientras tanto en la aldea, las mujeres tenían que cosechar, zurcir ropa, cocinar, amamantar, arreglar la choza, cuidar a los niños, etc. Se hicieron más multi-habilidosas, es decir, hacer varias cosas a la vez. Compartían amistad con todas las otras mujeres, y se hicieron grandes comunicadoras, porque relativamente corrían menos peligro y tenían mucho tiempo para platicar. La mujer, desde entonces, supera con mucho al hombre en habilidades verbales.  Las mujeres asimismo convivían más con niños, ancianos, haciendo que comprendieran más sus sentimientos. Por esta razón, también tienen más desarrollada la inteligencia emocional que los hombres y saben interpretar mejor lo que sienten.

Sin embargo, cuando regresó el grupo de cazadores muy diezmado, las mujeres se dieron cuenta de que muchas de ellas eran viudas y entraron en una competencia que no hubieran deseado.

Entonces las viudas envidiaron a las que tenían pareja. Y las mujeres se hicieron desconfiadas y territoriales, ya que el hombre era un bien escaso. La mujer, trae en sus genes ese sentido de territorialidad y desconfianza hacia otra mujer. Al día de hoy la principal rival, a veces enemiga de la mujer, son las otras mujeres, no existe el mismo concepto de camaradería como el que hay entre los hombres. Las mujeres conviven superficialmente de buen grado con otras mujeres, pero no profundizan en la amistad debido a la desconfianza ancestral que traen. Por otro lado, la mujer valoró mucho más la seguridad, ya que cuando la comida escaseaba, el hombre que tuviera mujer e hijos les daría prioridad en alimentarlos. Por lo que se hizo aún más importante el tener un hombre propio en casa.

El hombre logró una amistad profundísima con otros hombres, al haber sorteado graves peligros e intensas emociones juntos. El nivel de vínculos entre los hombres que tuvieron compañeros de aventuras a veces es más fuerte que los propios hermanos de sangre.

Cuando regresó el hombre a la aldea, se encontró con el hecho de que "era requerido" por varias mujeres, no importara que estuviera feo. La mujer, por el contrario tuvo que verse forzada a destacarse de otras mujeres, acentuando su belleza entre otras cosas, para poder diferenciarse y hacerse notar.

El hombre sin dejar de amar a su pareja principal, pudo tener romances casuales otras mujeres. Su propia mujer, aunque nunca lo aceptó de buen grado, sabía en el subconsciente que tenía que permitirle esa variedad al hombre, porque si no lo hacía, sería sustituida y abandonada como otra de las muchísimas viudas de la aldea. La mujer ha resentido inconscientemente que el hombre dispusiera de esa libertad natural, o libertinaje.
Las dinámicas sexuales de los roles del hombre y mujer podrían haber sido totalmente distintas, si tan sólo hubiera sido al revés: bastantes más hombres que mujeres en las comunidades.

El hombre se hizo bastante adicto a la adrenalina y las emociones fuertes. Una manera de “mantenerse en forma” emocionalmente hablando y de distraerse cuando no cazaba, era el hecho de que podía, incluso aceptado socialmente, rodearse de un grupo de mujeres. Por otro lado se justificaba así mismo, muy malamente quizá, pensando que si arriesgaba la vida día a día, se merecía el tener satisfacción sexual variada como paga.

El hombre se marcó a sí mismo el objetivo de lograr, a toda costa la caza del mamut. El  no podía permitirse el lujo de llegar a la aldea con las manos vacías, porque su propia familia perecería. La obsesión masculina de tener que cazar o morir en el intento. Al día de hoy, los hombres tienen en los genes de conseguir el sustento sin excusa válida alguna.

Al haber tanta mortandad entre los hombres, trajo como consecuencia que ellos pensaran la manera de ser más eficientes en la caza. Desarrollaron armas más potentes, arcos, flechas, lanzas más resistentes y afiladas. El mero hecho de tener que pensar (e incrementar su inteligencia racional) para lograr tener tecnología más avanzada, hizo que los hombres se encerraran aún más en sus propios pensamientos. Al hacerlo, descuidó a la mujer. Desdeñó las funciones igualmente importantes que ella tenía dentro de la comunidad. El varón no comprendía el sacrificio devastador de las mujeres que recolectaban, buscaban agua, limpiaban y encima cuidaban la crianza; no reconocía el trabajo agotador y tan esencial como el del hombre que llevaba la mujer día a día las 24 horas. Aquí está la mayor incomprensión: creer que la familia va adelante por el esfuerzo del varón cuando en realidad el esfuerzo esencial era de los dos.

La mujer resentía ese aislamiento del hombre, ya que cuando estaba lejos, no lo tenía y cuando estaba con ella, tampoco lo tenía del todo. Asimismo, aunque intuía que los hombres pasaban por trances de vida o muerte, al no vivir ella de manera directa la experiencia, no comprendió totalmente el sacrificio de los hombres. La vida de ellas era mucho más extrovertida y volcada hacia la socialización.

Después de que el hombre logra el dominio tecnológico de las armas, consigue con ello matar a los animales, minimizando considerablemente el riesgo, se dio a la tarea de guerrear, para conseguir más fácilmente, a través de sus armas superiores, los satisfactores y la adrenalina que tanto buscaba. El caso es que siempre regresó el grupo diezmado de hombres a su aldea o poblado, y por lo tanto siempre hubo un gran desbalance de muchos menos hombres que mujeres. Y la dinámica de roles se profundizó.
Los hombres no se permitieron a sí mismos quejarse, ya que nada lograban con ello. En las precarias condiciones en que cazaban, el quejarse sólo hacía más difícil la situación. Así que los hombres no comprendían que las mujeres llegaran a quejarse y reclamarles más atención de su parte, pues, según la óptica masculina, estaban entregando su vida entera; llegaban exhaustos de la caza del mamut y querían sólo tener algo de paz para reponerse. Lo último que necesitaban era una mujer quejosa en casa.

En el diario acontecer de los días de las mujeres, ellas tenían una vida llena de actividades, pero sin tanto estrés o adrenalina. Ellas, al estar ocupadas por así decirlo al tener un día muy similar a otro día, empezaron a valorar más que nunca actividades como bailes, cantos, etc, que las sacaban de la rutina. El hombre por su parte, aunque también disfrutaba esas actividades, no las podía comparar con el nivel de aventuras y excitación que encontraba fuera de la aldea.

Desde entonces se ha dado malos entendidos muy profundos en las relaciones de comunicación hombre-mujer, y ambos tienen razón a su modo, ya que han vivido en el mismo planeta, pero en mundos totalmente diferentes. Lo curioso es que en nuestro sistema educativo no hacen nada por tratar de mejorar las comunicaciones hombre – mujer. Suavizar las diferencias y hacernos entender entre dos mundos que han estado alejados entre sí. Y luego nos alarmamos de la cantidad enorme de divorcios y malos entendidos.
Ahora, por supuesto, los roles se han complicado aún más, puesto que la mujer sale a “cazar”, puede tener varias parejas, o el hombre inclusive quedarse en casa, pero las diferencias subconscientes son abismales, y muchas veces no sabemos de donde provienen o por qué.

Si tan sólo hubiera alguna materia en las escuelas que hablara de las diferencias psicológicas, lingüísticas, entre los hombres y mujeres, tendríamos un mejor nivel de tolerancia y comprensión entre los géneros. Sin embargo, todavía hoy en día, en pleno siglo XXI, es muy común la escuela sólo para niños o para niñas. O bien, en escuelas mixtas sientan a los niños de un lado y a las niñas de otro, no dándose cuenta, que de manera subconsciente profundizamos la mala comunicación entre los géneros hombre y mujer en este mundo.

Derechos reservados, Ing. Gerardo Herrero Morales, 2016.

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