Profesionalismo,
10 Sugerencias Para Incrementarlo.
“Profesional.
No es una etiqueta que te otorgas a ti mismo. Es una descripción que desearías
que otros digan de ti”. David Maister.
¿Tiene tu
empresa un decálogo de profesionalismo? Si no la tiene tal vez tengas algún
ejemplo de una persona con la que te has topado en tu trabajo a la que
consideres la quintaescencia del profesionalismo. Seguramente te llamaron la
atención algunas de las características que la hacían diferente a los demás.
Tan diferente que puedes contar con los dedos de una mano una persona que
consideres un profesional al 100% Hay varias que destacar:
1.
Puntual.
No solo en el horario de llegada, sino que siempre cumple con las promesas que
hace, ya sea de fechas de entrega, de mercancía, o trabajos que tiene que
entregar a sus clientes internos y externos.
2.
Calidad.
Sus reportes y presentaciones los entrega inmaculados, sin fallas de
ortografía, claros de entender, con datos precisos y fiables.
3.
“El
show debe siempre continuar”. Es el ejemplo que nos dan los actores de teatro que
continúan con un estado de ánimo positivo, aun cuando hayan tenido un mal día o
una tragedia personal. El auditorio no lo percibe. El profesional de la oficina,
del taller sigue adelante como guerrero, a pesar de sus penas.
4.
Asertividad.
Tal vez te llegue a la mente el ejemplo del perfecto mayordomo inglés. Discreto,
siempre diciendo la verdad que dice con todo el tacto del mundo, procurando no
ofender a los demás. Muy observador, toma la palabra en momentos precisos, sin
querer acapararla, ni ser el reflector de atención del grupo, o el “alma de la
fiesta”. No se deja llevar por la opinión mayoritaria si ésta está equivocada.
5.
Inteligencia
emocional. Mantiene siempre su centro, incluso en medio de acaloradas
discusiones internas o externas. Su lenguaje corporal es de seguridad y aplomo.
Mantiene la cabeza fría. No toma decisiones precipitadas, sino recopila y
compara la información exponiendo pros y contras de cada alternativa.
6.
Es
una persona justa. Toma en cuenta a las personas, no hace menos a los demás que
están debajo de su puesto de trabajo, no busca adular a los de arriba. Mantiene
un sentido de balance, se fija en el mensaje, no en el mensajero.
7.
Integridad.
Le puedes dejar las llaves de tu casa, la contabilidad de la empresa, las
contraseñas de las cuentas bancarias. Te dirá los ingresos y egresos a dos
dígitos. Te informará oportunamente la verdad, por incómoda que pueda ser. No
ocultará sus errores, no los descargará en otros. Te detallará qué aprendió de
cualquier error que haya cometido, porque no deja de ser humano, y el plan de
acción que tiene para que no vuelva a suceder.
8.
Actualizado.
Es una persona-recurso, a la cual puedes acudir en búsqueda de asesoría. El
profesional sabe que no sabe todo. Busca también asesoría de otros, así como capacitación
interna y externa. No es alguien al que tienes que rogarle para que asista a un
curso; será el primero en llegar y el que hará preguntas precisas al
instructor. Y si no le dan capacitación
en su empresa, él o ella la pagará de su bolsillo y su tiempo propio, ya que
sabe que los trabajos no son eternos, pero estará listo para los retos nuevos.
9.
Imagen.
Viste discreto, con pulcritud en su atuendo y en su persona. Su escritorio está
limpio de papeleo, su bandeja de entrada actualizada y en orden. Cada día
previo deja fijadas sus prioridades de trabajo para el día siguiente.
10. Es una persona completa. Le dedica buen
tiempo a su familia, a su cuerpo físico y espiritual. Participa de las
decisiones de su colonia. Nunca deja descuidado a su “niño interior”, practica
sus hobbies, juega con sus mascotas, viaja, lee, se reúne con sus amigos
selectos, sabe disfrutar la vida.
Esta lista
puede parecer algo muy difícil de lograr por el esfuerzo que hay que dedicarle.
Solo hay que recordar que del nivel de profesionalismo que tenemos dependen los
ingresos personales y de la empresa en que laboremos. Los tiempos por venir
serán cada vez más y más competitivos, no menos.
Hay más
características que puedan definir a un profesional y que por espacio se nos
quedan en el tintero. Por lo pronto te sugiero un ejercicio. Asigna 10 puntos a
cada una de las anteriores, te darán 100 puntos posibles en total. Y haz un
plan de acción para tratar de alcanzarlos.
El
profesionalismo es algo que no se compra, que inexplicablemente no se enseña en
la escuela ni en la universidad, en las empresas se menciona al paso. Es, por
ende, una competencia olvidada, y solo nos queda decidirnos a lograrlo. Porque
al final del día el nivel de profesionalismo que deseamos lograr es una
decisión personal.
Derechos
Reservados 2019, Ing. Gerardo Herrero Morales.
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