jueves, 18 de febrero de 2021

¿Por Qué Dices Que Crees en Dios?

 



“La gente es la que hace las condiciones de la sociedad, no Dios.”

Virginia Cleo Andrews, escritora estadounidense.

Es la pregunta que me hizo una participante en un curso. 

Sucede que estaba impartiendo un curso de dos sesiones. Al terminar la primera se acercó la participante para felicitarme: “está siendo un curso excelente”.

Y cuando terminé la segunda y última sesión hice un comentario (rutinario para mí) y le dije a los participantes al despedirme: “Ojalá Dios nos volvamos a ver”. Entonces al final, de manera privada, se acerca la misma participante y me dice: “le iba a poner excelente maestro, pero ahora le voy a poner una calificación de muy bien a su exposición, porque mencionó a Dios, yo soy ingeniera, a mí me gusta la ciencia. Yo soy atea”.

Me llamó mucho la atención el comentario de la chica por varias razones: 

Un ponente al que no se le permita expresar opiniones, es un ponente descafeinado.

En las empresas y el mundo necesitamos gente auténtica y menos aquella que no tome ningún riesgo al hablar. Abunda gente que no opina nada porque tiene pánico a “hacer olas”.

Si alguien comparte lo que piensa lo hace más humano. Nos está haciendo un regalo personal, pues igual pudiera guardar sus pensamientos para sí.

La vida toda está interrelacionada: la sociedad, la religión, la política, economía, se afectan unas a otras lo queramos o no. Por ende, es válido que se conozcan las ideas en los foros, inclusive Linkedin, pues se supone que estamos entre adultos con ganas de interactuar.

Un oyente está en la libertad de tomar las opiniones que recibe, dejarlas o modificarlas. Querer limitar opiniones de los ponentes, no nos hace más maduros, nos hace una sociedad sin liderazgo, porque el liderazgo implica arriesgarse.

El caso de la chica pudiera ser una persona insegura. Ya que una persona segura no se ve afectada por opiniones que no comparte. 

A todo esto, ¿qué tiene de malo creer en Dios?

No debería tener nada de malo creer en Dios. Al contrario, no hay de qué avergonzarse. Expresa de alguna manera nuestra humildad ante el increíble y maravilloso universo que nos rodea. Es una manera de decir que los habitantes del planeta tierra no sabemos todo, y que no controlamos todo. Pasarán milenios y no sabremos todo y no controlaremos todo. Ni siquiera una fracción infinitesimal.

Es sano que personalidades como hombres y mujeres de a pie digan en lo que creen, y si nos quieren compartir su por qué, se les debería agradecer, ya que nos hacen pensar y enriquecen nuestra perspectiva.  

Parece que muchos ateos sienten una superioridad intelectual, y piensan que la ciencia y los científicos están de su lado.   

Sí hay científicos ateos importantes, no son pocos. Por otro lado, hay una cantidad enorme de científicos, matemáticos, astrónomos, ingenieros, biólogos de peso completo con sólida creencia en Dios. Por ejemplo: Thomas Alva Edison, Dmitri Mendeleev, Max Born, Ernest Rutherford, Isaac Newton, Albert Einstein, Max Plank, Nicolaus Copernicus, Charles Darwin, James Watt, Gregor Mendel, Johannes Kepler, Nikola Tesla, Gottfred Leibniz, Louis Pasteur, Carl Friedrich Gauss, Sir Francis Bacon, Neil Armstrong, Michael Faraday, James Clerk Maxwell, Alexander Fleming, René Descartés, Raymond Damadian, Wernher Von Braun, Alessandro Volta, Blaise Pascal, Edward Jenner, entre muchos otros. Les debemos desde la penicilina hasta la luz doméstica y todo lo que hay enmedio.

Prácticamente Estados Unidos fue fundado por teístas (personas que simplemente creen en Dios, ya sea de manera personal o dentro de una religión organizada). George Washington, Thomas Jefferson, Ethan Allen, Benjamín Frankin, Cornelius Harnett, Hugh Williamson, Thomas Paine, James Madison, Alexander Hamilton. Son algunos ejemplos. De ahí viene la frase: “In God We Trust”. 

Personalidades como Leonardo Da Vinci, Sócrates, Ludwig van Beethoven, Aristóteles, Víctor Hugo, Abraham Lincoln, Miguel Ángel, Adam Smith, Julio Verne, Johann Wolfgang von Goethe, Miguel de Cervantes, William Shakespeare. Alexandre Dumas, Wolfgang Amadeus Mozar, Johann Christian Andersen, Voltaire, Soren Kierkegaard, Rudyard Kipling, ¿Qué hubiera sido del mundo sin ellos? 

¿Habrá un colectivo que en calidad y cantidad supere a los teístas? 

Uno podría argumentar que ha sido la religión la que ha causado la mayor cantidad de guerras y muertos. Y podría ser. Excepto que el ateísmo en extremo ha sido devastador también. En realidad, las guerras se dan cuando los teístas o ateístas, para el caso, se radicalizan a tal grado de que no son capaces de reconocerse como mutuamente valiosos, escucharse, y ser tolerantes unos de los otros. 

Otro error que muchos ateístas cometen es asumir que los teístas profesan una religión conocida: ya sea catolicismo, cristianismo ortodoxo, protestantismo, o bien, islamismo, budismo, hinduismo, etc. Muchos teístas sí, pero, muchos no, ya que profesan sus creencias de manera absolutamente personal y única. 

Los teístas unipersonales tienen su propia religión inventada por ellos y para ellos, con su propio código de conducta. Son sus únicos feligreses. 

El ejemplo más claro de un teísta de religión unipersonal es el escritor francés Voltaire. Para Voltaire, Dios creó el universo, pero Dios no se involucra en la vida de las personas. Cuando Voltaire murió en Paris, no fue enterrado en una iglesia, porque no creía en un Dios de alguna religión. 

Tanto con los ateístas, como con los deístas, encontrarás radicales (grado más superlativo, personas que han creado guerras), posteriormente fanáticos gente que ya no puede aceptar opiniones diferentes; así como tolerantes, quienes pueden argumentar y tomar ideas de otras maneras de pensar. Sabemos que Voltaire era un teísta de los tolerantes por una de sus últimas frases: “Muero adorando a Dios, amando a mis amigos, no odiando a mis enemigos y detestando a la superstición”.  

Voltaire también sería recordado para la eternidad por su frase más famosa: “No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho a expresarlo”. 

Inclusive, sin entrar a temas de religiones, cuando se hace una exposición de ideas en nuestra empresa para la administración del negocio, los ejecutivos también pueden llegar a asumir posiciones fanáticas o, si es el mejor de los casos, ser tolerantes para analizar las ideas ajenas por sus méritos. 

¿Qué pasaría si mi contraparte tuviera la razón y yo no?

Por ejemplo, ¿qué pasaría si alguien cree en Dios y no existe? Si alguien muere y resulta que ya no hay nada más, no habría nada que lamentar. Lo bueno y lo malo que esa persona hizo en vida se murió con él. 

Por otra parte, ¿qué pasaría si alguien cree que no hay Dios y efectivamente Dios existe? Si la persona estuvo pensando que no hay nada más después de morir, y resulta que sus actos presentes sí tienen consecuencias posteriores, entonces probablemente pensaría dos veces las cosas antes de precipitarse en hacer alguna acción indebida. 

Por ello deberíamos abundar si nuestras creencias nos hace ser mejores personas y dichas creencias nos sirven para los fines prácticos en nuestra vida.  

Estamos en la época de ser “políticamente correctos” al extremo.

¿Ya no se puede compartir ni un saludo de despedida para no “ofender” a nadie? Creo que hubiera sido más interesante que la chica me preguntara: “Maestro, me llamó la atención que se “atrevió” a mencionar a Dios, ¿qué es lo que le hace creer que Dios existe?

Con eso, ella hubiera abierto su mente, y después de una pequeña explicación de mis creencias, hubiera permitido que yo, a mi vez, le hubiera preguntado: ¿qué es lo que hace que tu no creas en Dios? Ese diálogo, sin afán de querernos convencer uno al otro, hubiera sido constructivo y nos hubiera enriquecido a ambos.  

Descalificar una instrucción completa por un único comentario es inmaduro.

Mi invitación sería: quedémonos con el 1% de lo positivo de un mensaje aunque no nos guste el 99% del mismo. O bien, quedémonos con el 99% de un mensaje que sí nos gusta y no lo desacreditemos por el 1% que no nos gustó. 

Apoyemos a que la gente se exprese. 

Si no nos atrevemos a decir opiniones, estaremos creando generaciones de gente débil que no puede enfrentar pensamientos diferentes. Implica el desgaste de “tratarla siempre entre algodones” porque se puede “herir su susceptibilidad”. 

Es claro que muchas veces nos toca ser el oyente, que es una posición cómoda, pero habrá veces que seremos ponentes y seguro nos iba a gustar un auditorio tolerante a un auditorio inmaduro que no esté abierto otra manera de pensar. 

Pareciera que aquellos que creemos en Dios les tenemos que demostrar que Dios existe a aquellos que no creen en Dios.

Hay muchos posts de literatura atea donde se exige a los teístas: “a ver, demuestren que Dios existe”. Bueno, sería igual de válido para un teísta decirle a un ateísta “a ver, demuestra que Dios no existe”.

El caso es que no debemos exigirnos de una parte a la otra parte. Si las partes son maduras, decíamos, se pueden compartir argumentos que nos ayuden a entendernos y a ser mejores amigos.

Sin que sea una exigencia, me permitiré compartir contigo un par de pequeñas razones de por qué creo en Dios. Hay muchas razones más; se me ocurren de botepronto éstas:

No creo que el ser humano, con toda la tecnología del siglo XXI, la del XXII, ni la del XXIII, etc., pueda crear intangibles. Por ejemplo: crear piedad, empatía, alegría, pudor, depresión, entusiasmo. Sabemos que existen, ¿dónde está, pues, la máquina que pueda replicar esos sentimientos con exactitud? 

Cuando observas a un perrito y ves su cara de inocencia, de lealtad, ¿no estás viendo algo divino? 

Otra razón simple es que hay demasiadas obras sublimes en el planeta, en todas las culturas, para pensar que Dios es una mera fantasía humana. En mi humilde opinión, eso no puede ser obra de la coincidencia. Así mismo, dado que enormes personalidades, grandes líderes que fueron parteaguas de la humanidad, gente más valiosa que yo, creyó en Dios, ¿no sería más práctico ser “follower”, que un "contrario" de ellos? 

Ahora bien, esas son, tan solo, un par de razones. “Si no te gustan, tengo otras” (como decía el famoso comediante y teísta Groucho Marx). 

Me considero afortunado de tener amigos de varias religiones, ateos, agnósticos incluidos. Nos llevamos bien, porque toleramos nuestras diferentes maneras de pensar y procesar el mundo. A fin de cuentas, es difícil “convertir” a nadie de religión, más aún de no-religión a religión, o viceversa. 

Imagina un mundo donde ateístas, teístas y agnósticos hicieran equipo o al menos no se enfrentaran. Eso ya ha pasado en la humanidad. Siendo el ejemplo más notable la ciudad de Toledo, España, conocida siempre por ser la “Ciudad de la Tolerancia” o “la Ciudad de las Tres Culturas”, con la convivencia de judíos, musulmanes y cristianos. 

¿Qué tal el Singapur del siglo XXI? Un país donde conviven en armonía:

Budistas 33%

Cristianos 18%

Islámicos 14%

Taóistas 10%

Hinduístas 6.5%

Ateos 18.5%

Teístas sin religión organizada 0.6% 

Singapur puede muy bien ponerse como uno de los países más desarrollados del mundo y en tiempo récord. Es la prueba que con respeto podemos hacer cosas mejores. 

Con tolerancia religiosa, política, étnica, los grupos humanos tienen el potencial de llevarse bien, independientemente de sus creencias, y en el ámbito donde lo quieran aplicar: desde la familia, empresa o país.

Ing. Gerardo Herrero Morales, 2021 Derechos reservados

gerencia@ccestrategica.com Gerardo Herrero Morales | LinkedIn

lunes, 28 de septiembre de 2020


 

Guarda Tus Cañones en Bali

Una clase de negociación en la isla espiritual.

Después de un largo viaje de un día entero desde Seúl, llegamos a Bali en la madrugada del lunes 15 de abril de 2019. Mi esposa estaba con algo de gripe porque en Seúl la temperatura llegó a estar a -3 grados centígrados y decidió quedarse a dormir en el hotel. Por mi parte después de desayunar decidí irme a la playa que estaba a una cuadra.

Nuestro hotel está en Sanur, en la costa este y al llegar a la playa que tiene una hermosa vista, me metí inmediatamente, pero para mi sorpresa se pueden caminar muchos metros y el agua no llega ni a la cintura y tiene muchas algas.

Aun así, después de un chapuzón decidí tomar el sol en la arena, ya que el día estaba precioso a 30 grados centígrados. Al rato se me acercó una señora balinesa de algunos 60 años y empezó a conversar conmigo. Tenía un trato exquisito, y para mi sorpresa hablaba bastante bien el inglés. Se hacía llamar Mamá Moon, era de religión hinduista.

En algo más de una hora me explicó cómo era la vida para ella, como vivía en una vecindad hinduista en el centro de la isla, cómo son las costumbres de su religión y un sinfín de cosas interesantes de la isla.

Pasado un tiempo y ya con más confianza me ofreció mercancía muy sencilla y económica que vende desde hace muchos años recorriendo a pie la kilométrica playa. Me gustaron varias cosas, algunas pulseras para mis hijas, unos imanes para el refrigerador, y algo más por ahí. Antes de que pudiera decir algo, súbitamente comentó:

Mamá Moon: “Puedo hacerle un descuento”

Yo: “No necesito un descuento. Dígame por favor cuánto es”

Así que le pagué los regalitos y me los entregó en una bolsa.

Se me quedó viendo con ojos grandes, totalmente asombrada y dijo:

Mamá Moon: “Trato con turistas de Rusia, China, de todo el mundo, muchos me dicen que me vaya. Los pocos que me dejan acercar y les ofrezco mi mercancía me regatean mucho. Es la primera vez en mi vida que nadie me regatea.

Yo: “Su precio es correcto y muy accesible. A mí no me hace falta ahorrarme un par de dólares, además me ha dado una agradable clase de cultura balinesa.

El día siguiente mi esposa se animó a salir a la playa. Y de igual manera Mamá Moon amablemente se acercó a platicar con nosotros. Esta vez, me fui a chapotear, que-no-a-nadar y mi esposa se quedó conversando por 2 horas con Mamá Moon. Hicieron gran empatía entre ellas como si se conocieran desde siempre y no se hubieran visto en años. Mi esposa le compró aún más regalitos y sin regatear.

Lo que nos contó Mamá Moon bien valdría un artículo aparte. Pero antes de contar la moraleja del relato, quiero decir que Bali es un lugar precioso, el verde más intenso de sus campos de arroz, gente increíblemente dulce y espiritual.

Pero la moraleja para mí es ésta: guarda tus cañones en Bali y en cualquier lugar donde la gente te cobra lo justo por su trabajo. Las negociaciones tensas de cientos, miles de dólares, con el estrés que conllevan, guárdalas para defenderte de otros ejecutivos shark de tu país o de otro país. A la gente humilde déjala ganar alguna vez en tu vida.


martes, 30 de junio de 2020

El Arma Más Estratégica de la Empresa


El Arma Más Estratégica de la Empresa


Ahora que enfrentamos una complicada situación internacional de magnitud desconocida, debemos de hacer un alto para mirarnos como estamos preparados como personas para sacarle provecho, o bien perecer en el mercado. Cuando tenemos un problema tamaño "9" y lo enfrentamos con personal nivel "5" estamos condenados a ir desapareciendo. 
Es por ello que debemos hacer crecer a nuestro personal a nivel "9 o 10" y convertir cualquier situación o problema en oportunidad. Si nuestros competidores no se capacitan, mejor para nosotros. El mundo está evolucionando y si la gente de la empresa no lo hace al mismo ritmo, va a llegar el momento en que nuestros productos, servicios y procesos sean obsoletos y sacados de mercado. 
Hay 10 lineamientos básicos que debemos tomar en cuenta para que la inversión en capacitación rinda sus frutos, entre ellos están los siguientes: 
1. Muchas veces los mismos empleados la toman de entrada con la actitud de "vacaciones" o "prestaciones", sin darse cuenta que el curso es primero, antes que nada en beneficio de ellos, ya que los conocimientos se los llevarán a donde quiera que vayan por la vida, se metan a otra empresa o abran un negocio propio. Es decir, los empleados a veces sienten que es "su opción" el tomar o no un curso dado. Recuerdo el caso de una empresa que envió 20 vendedores a un curso de negociación y 2 vendedores comentaron que "estaban muy ocupados" y que no podían asistir. El director general les dijo que no era opción de ellos el asistir o no. Que dentro del perfil del puesto los vendedores de su empresa deberían de contar con la competencia de ser buenos negociadores. 
2. A los empleados se les permite ingresar a un curso interno cuando sabemos de antemano que no van a asistir la totalidad de un curso. Eso genera que los participantes cumplidos se desmotiven. También hay empleados que toman llamadas por celular durante la exposición de un curso, o que gente de la oficina los saque de una capacitación. Esto no debería de ser permitido, ya que faltan al respeto a todo el grupo. Sin embargo, vemos participantes de cursos que llegan tarde, faltan o distraen al grupo, se ponen a platicar, etc, mostrando inmadurez. 
3. Al gerente de capacitación no se le valora su contribución por parte de la dirección, o no recibe el apoyo de los otros gerentes. Cuando es todo lo contrario, es el agente de cambio de primer nivel con que cuenta una empresa. En realidad es una inversión de primera magnitud: cambiar, para bien, los métodos de trabajo, los paradigmas obsoletos y adquirir una enorme ventaja competitiva con un nuevo "know-how".
4. Pensemos por un momento: cuando un empleado sale, por cualquier motivo, de una empresa, lo único duradero que le queda al empleado es la capacitación que recibió para enfrentar los nuevos retos de su vida, ya que la liquidación le va a durar a lo sumo unos pocos meses. 
5. Una buena capacitación hace ahorrar a la empresa literalmente millones de pesos y años de descalabros y sufrimiento innecesario. Hay cursos que, en menos de tres meses, pagan 10 veces o más lo invertido en ellos.   
6. Es un error becar al empleado al 100%, ya que "lo que no cuesta no se valora". La  empresa por su parte, comete el error de querer "ahorrar" contratando un curso mediocre y no seleccionar un curso de mejor nivel, que pueda ser cultura corporativa y de aplicación inmediata en la empresa. 
7. Cuando la empresa tiene problemas suspende la capacitación, esto se entiende pero no se justifica. Sería equivalente como reducir o cancelar el presupuesto de mantenimento de la maquinaria. Y el personal es el recurso más valioso de una empresa, si no recibe "mantenimiento" se termina paralizando ante los nuevos retos.
 8. Los cursos que una empresa contrate deben de ser prácticos y de aplicación inmediata, con los casos reales de ella. Es una como una asesoría-capacitación a la vez, por lo cual son doblemente rentables, con seguimiento incluido en la cotización. 
9. Los participantes de los cursos deben de ser evaluados por el instructor y esa evaluación llevarla a su revisión de desempeño semestral. 
10. Los primeros que deben de capacitarse son los directores. Hemos visto como muchos de ellos se sienten como "productos terminados", sienten que ya lo "saben todo". La actitud de un director o dueño de una empresa es el de ser un modelo perfeccionable, con humildad debe ser el primero en tomar capacitación  y por lo tanto es quien puede hacer que un curso se implemente dentro de su organización y se cascadee hacia abajo. Han habido muchísimos casos en que el personal de mandos medios e inferiores se capacita pero no así el personal de mandos superiores, creando con ello una verdadera "torre de babel" organizativa.
Derechos Reservados 2020, Ing. Gerardo Herrero Morales
gerencia@ccestrategica.com
https://mx.linkedin.com/in/gerardoherrero.





martes, 31 de marzo de 2020



Yo Sé, Yo Creo, Yo No Sé

Cada persona que quiera ser profesional debe conocer perfectamente las 3 zonas de información en las que está ubicado en un momento dado.

1.  LA ZONA DE YO SÉ. Se refiere a nuestra zona de competencias, algo que dominamos plenamente. Puede ser algo profesional como hacer tablas dinámicas de Excel, dar una presentación de negocios, hablar inglés, manejar un auto de transmisión manual, hasta algo personal como atarse las agujetas de los zapatos. Esas competencias no cambian si estamos aquí o en China; podemos probar fehacientemente que las dominamos. 

2.    LA ZONA DE YO CREO. Se refiere a las creencias, intuiciones, corazonadas, que tenemos, pero también son opiniones que tienen cierto sustento en base a experiencias o información en las que las sustentamos. Por ejemplo, “yo creo que los Halcones de Seattle van a ganar el Súper-Bowl éste año” o “yo creo que el candidato X va a ser elegido en el país Y”, etc.

3.    LA ZONA DE YO NO SÉ. Es nuestra zona de ignorancia. Y es la zona más grande de las 3; no importa si viviéramos 50 vidas, la zona de todo lo que ignoramos de éste universo es muy grande. Y no es pecado no saber. El pecado es creer que se sabe cuando no se sabe.

           Ésta zona tiene 2 subdivisiones:

3.1 YO NO SÉ NI QUIERO SABER: Por ejemplo, “yo no sé, ni quiero saber cómo hacer una operación de extracción de vesícula”, no voy a invertir dinero, tiempo y energía en saberlo, es algo que no me interesa, ni la voy a usar en mi vida.

3.2 YO NO SÉ, PERO QUIERO SABER. Por ejemplo, “yo no sé, pero quiero saber cómo posicionar mi empresa con Google Adwords”, “yo no sé, pero quiero saber cómo usar SAP”, etc. También puedes ser más específico, ya que en algunos casos podrías usar el verbo “necesitar”. “Yo no sé, pero necesito saber cómo usar SAP”. De otro modo, sin esas competencias estaríamos fuera de un puesto de trabajo. Es en ésta zona donde vamos a invertir en capacitarnos para los retos que vienen, tanto en auto-capacitación, como en capacitaciones externas.

EL PROBLEMA DE NO TENER CLARO NUESTRAS 3 ZONAS ES ALGO GRAVÍSIMO

No solo para nosotros, sino para la gente que confía en nosotros y depende de nuestra información.

Por ejemplo, no debemos decir “Yo Sé” cuando a lo más que llega nuestro conocimiento en un tema determinado es a un “Yo Creo”.

Tampoco deberíamos decir “Yo Creo”, cuando lo que aplica es decir sin avergonzarnos “Yo No Sé”. Es un ejercicio de honradez, de ética hacia nuestra empresa y hacia nuestros colaboradores, familia, y gente que confía en nosotros.

Cuando alguien se ostenta como “experto”, “conocedor”, debe saber perfectamente los límites de sus competencias (“Yo Sé”) y hacérselos saber a los demás. De no hacerlo nuestra información puede ser hasta de vida o muerte.

VOY A DAR UN EJEMPLO DE LA VIDA REAL QUE ES TRÁGICO.

El médico epidemiólogo español Dr. Fernando Simón, vocero oficial del gobierno de España para el coronavirus declaraba:

24 de Enero de 2020:  "Existe una probabilidad de infección muy baja"

9 de Febrero de 2020: “El riesgo en la mayoría del país es bajo”

28 de Febrero de 2020: "No hay ninguna razón para cambiar de escenario porque el riesgo está perfectamente delimitado. No es un riesgo poblacional". 

2 de Marzo de 2020. Añadió que "si mi hijo me pregunta si puede ir a la manifestación del 8 de Marzo, le diré que haga lo que quiera". (Refiriéndose a las diversas manifestaciones que hubo en Madrid que agruparon a 180,000 personas).

8 de Marzo de 2020: "Ahora mismo no se propone suspender ningún evento".

Esas afirmaciones las hizo en zona de “Yo Sé” (que son las de default cuando habla un "experto"), siendo que las debió de haber hecho aclarando que estaba en zona de “Yo Creo”. O, en todo caso, haberse declarado incompetente para la responsabilidad que le fue conferida, lo cual hubiera sido lo más ético de su parte.


España en menos de un mes superó el número de contagiados, y triplicó la cantidad de muertos que tuvo China. La negligencia del Dr. Fernando Simón, y de algunas autoridades del gobierno español, hicieron que ese país haya sido junto con Italia el más golpeado proporcionalmente hablando por el coronavirus.

LA MORALEJA ES:

Si sabes, dílo y pruébalo. 
Si crees, dílo y advierte que la gente que depende de ti no tome tus palabras como un hecho.  
Si no sabes, y no es necesario que sepas, dílo y aprende otras cosas más útiles. 
Si no sabes, y es necesario que sepas, aprende en tiempo récord a tener la competencia requerida. 

En todo caso, sé honesto contigo y con los demás. La gente necesita información validada y ética para tomar mejores decisiones.

Derechos Reservados 2020, Ing. Gerardo Herrero Morales
https://mx.linkedin.com/in/gerardoherrero




lunes, 2 de marzo de 2020

Reclutamiento y Selección, el Departamento Infravalorado.




Reclutamiento y Selección, el Departamento Infravalorado.

En una ocasión, impartiendo un taller de “Haciendo de la Capacitación una Inversión”, una coordinadora de Capacitación nos compartió que en su empresa (una de las más grandes lecheras en México) un gerente de Producción le dijo que “Recursos Humanos es el área más prescindible de la empresa”.

Algo similar me ha tocado oír cuando trabajaba en una de las empresas de tecnología de más grandes de Estados Unidos en su planta de Guadalajara. Prácticamente todos los gerentes consideraban que Recursos Humanos era el escalón más bajo en la percepción de jerarquías departamentales. Ese tipo de comentarios era bastante fácil de encontrarlos en los corredores, incluso saliendo de la sala de juntas.

Regresando al curso que estaba dando, le dije a la participante, que Recursos Humanos tiene funciones críticas en la empresa. Tales como Capacitación, Reclutamiento y Selección, entre otras. Lo que podría estar ocurriendo es que los ejecutivos de Recursos Humanos no han podido vender bien sus labores. Me referiré en ésta ocasión a Reclutamiento y Selección de Personal.

Piensa en la liga deportiva más competitiva del mundo: la NFL de futbol americano. En el año 1989 los Dallas Cowboys terminaron la temporada con 1 ganado y 15 perdidos. Después 3 años sucesivos de buenos reclutamientos colegiales, para 1993 se coronaron en el Súper Bowl, y esa generación de jugadores les hizo ganar también el Súper Bowl de 1994 y el de 1996. Así que, pasaron del último lugar al primer lugar en poco tiempo, gracias a un gran esfuerzo de reclutamiento. Considera que de los 32 equipos de la NFL hay muchos que en 100 años de la liga no han ganado 1 Súper Bowl.

Consideremos un ejemplo más dramático. Antes del inicio de la Segunda Guerra Mundial, Hitler amenazaba con el bluff de invadir Checoeslovaquia. Hitler había sido soldado en la primera guerra mundial y había recibido múltiples condecoraciones por su valentía. Para negociar y buscar la paz, Inglaterra mandó a Alemania a su primer ministro Neville Chamberlein, quien había sido terrateniente de campos de sisal (una planta de donde se saca fibra para textiles) pero nunca un militar. Chamberlein era un “humanista”, había sido elegido por “dedazo” y nunca se consideró que no tenía el perfil para enfrentar a Hitler, no hubo pruebas psicométricas, entrevistas, que se hacen en un proceso estricto de reclutamiento.  Pues bien, en la negociación Chamberlein le regaló Checoeslovaquia Hitler a cambio de que no hubiera guerra. A los checos (en lugar de buscar aliarse con ellos, con lo cual hubieran evitado la guerra), Chamberlein, les dijo que se rindieran. Alemania ganó gratis Checoeslovaquia y de todos modos se dio la Segunda Guerra Mundial con más de 50 millones de muertos.

En la película surcoreana “Parásitos” ganadora del Oscar 2020, (SPOILER ALERT), los Park, una familia adinerada contrata (sin seguir protocolos de reclutamiento como verificar los antecedentes y la veracidad de documentos presentados), a un instructor de inglés, a una terapeuta, un taxista, a una ama de llaves. Los 4 empleados que serán la desgracia total para la familia.

Hay empresas sanas que hacen 1 mala contratación y quiebra la empresa. Un ejemplo, tienes un operario con muy baja autoestima, que de repente es reprendido por su supervisor, el operario a la salida, puede encerrarse en el baño y provocar un corto circuito.

Reclutamiento es, mucho más importante de lo que creemos. Ya ha provocado hasta guerras. Reclutamos pareja, amigos, socios de negocios, doctores, abogados, clientes, proveedores, dirigentes, que pueden hacer de nuestra vida una delicia, si nos rodeamos de los mejores, o un suplicio, como le ha pasado a empresas y países. Los errores en reclutamiento son brutales, más vale que todos lo entendiéramos pronto y que tuviéramos procesos estrictos para minimizar el riesgo.

Derechos Reservados 2020, Ing. Gerardo Herrero Morales
https://mx.linkedin.com/in/gerardoherrero

lunes, 30 de diciembre de 2019

Declarar Expectivas Entre las Personas.



Declarar Expectivas Entre las Personas.

Es un ejercicio muy sano declarar las expectativas que tiene una persona relacionada con otra u otras (“leer la cartilla” le llamamos coloquialmente en México). Los ejemplos abundan: puede ser cuando una pareja de novios quiere pasar al siguiente nivel y casarse. O bien cuando empieza una relación candidato-potencial con jefe-potencial, una relación cliente-distribuidor, etc.
Los beneficios son, entre otros:

1.- Reducción de la probabilidad de conflictos futuros.

2.- Posibilidad de negociar las diferencias ocultas o abiertas.

3.- Saber si las partes son compatibles y hacen sinergia.

4.- Saber si se está llevando la relación de manera prevista.

5.- Alineación de objetivos comunes.

6.- Expresarse abiertamente y con ello evitar resentimientos ocultos.

7.- Trazar líneas de comportamientos inaceptables desde un principio.

8.- Conseguir armonía en un equipo de trabajo.

9.- Mejorar el clima laboral.

10.- Evitar el estrés negativo que causa una crisis.

11.- Ayuda enormemente a ser realistas en la fijación de objetivos acorde a los recursos que tenemos disponibles para acometerlos.

12.- Crea una cultura de trabajo con identidad propia de una empresa.

Para que la declaración de expectativas funcione, se necesita:

1.-  Que la declaración sea bidireccional, como puede ser en una pareja que está decidiendo tener un hijo, cambiarse de residencia, o un jefe-subordinado en un proyecto nuevo, o instructor-participantes, un contratista-ama de casa, etc.

2.- Que la declaración sea multidireccional, como el caso en un equipo de trabajo en consecución de objetivos y en donde los roles queden claros desde un principio.

3.- Hablar con total franqueza y sin reservaciones.

4.- Tener una comunicación abierta y respetuosa de las partes.

5.- Balancear derechos y responsabilidades de las partes, evitando que una, abuse de la otra.

El ejercicio de declarar expectativas entre las partes hace que se conozcan mucho mejor todos los involucrados. Así mismo, se incrementan significativamente las probabilidades de tener éxito entre las partes y los proyectos que desarrollan en conjunto.

Derechos Reservados 2019, Ing. Gerardo Herrero Morales.
gerencia@ccestrategica.com
www.ccestrategica.com
https://mx.linkedin.com/in/gerardoherrero

viernes, 29 de noviembre de 2019

Los No Derechos del Empresario


Siempre me ha llamado la atención cómo la comunidad pinta de “color de rosa” el mundo del empresario, así que dejo por aquí una pequeña lista hilarante de situaciones que les pasa a éstos seres vivientes, a fin de que se conozca un poco el día a día que pasan. Aplican uno, dos, muchas o todas las situaciones, dependiendo de lo que vive un empresario particular.

PD. La lista está abierta. Puedes agregar más casos, siempre resulta interesante conocer las experiencias otras personas:

1.- No tienes derecho de estar de mal humor. Pase lo que pase, no puedes darte el lujo de tener mala actitud, ante tus clientes, proveedores, colaboradores. No hay normas nacionales o internacionales que invocar que te protejan del estrés laboral, ni burócratas que las vigilen.

2.- No tienes derecho a tomar días de descanso cuando las cosas no andan bien en la empresa. No puedes enfermarte. Puedes tener un equipo sistematizado, pero aun así necesita tu dirección y presencia la mayor parte de las veces.

3.- No puedes despedir a un mal trabajador sin muchísimos trámites, donde tienes que demostrar que era "un mal elemento" y pagar una jugosa indemnización. Así que te lo tienes que pensar diez veces para hacerlo. En cambio, a tí, un cliente te despide de un momento a otro sin avisarte, y mucho menos "indemnizarte".

4.- No tienes derecho a pensión como lo tiene cualquier trabajador: o ahorras e inviertes por tu cuenta o la pasarás mal en tu edad mayor.

5.- No tienes derecho a prestaciones, seguro de gastos médicos, vacaciones pagadas, todo lo que llegues a ganar, si ganas tendrás que pagártelo aparte.

6.- No tienes derecho a ganar. Antes de haber pagado todas tus deudas, a proveedores, a colaboradores, sindicatos. Solo así tendrás utilidades. Serás siempre el último en cobrar y por supuesto, no tienes un sueldo fijo seguro.

7.- No tienes derecho a defenderte si la sociedad te considera un ser abominable y materialista. Si los políticos te acribillan con sus discursos, si los articulistas te ponen como un personaje siniestro, deberás aguantar que descarguen sobre ti todas las culpas que te quieran adjudicar.

8.- No tienes derecho a permanecer en tu zona de confort, como lo puede hacer un colaborador que una vez que aprende su puesto y puede vivir de ello muchos años. Tu tendrás que actualizarte siempre para que la competencia no gane terreno. Lo que aprendiste en la universidad no es ni el 10% de lo que tendrás que aprender por tu cuenta.

9.- No tienes derecho a cobrar horas extras. ¿Qué es eso?, tendrás que invertir todo el tiempo que sea necesario para sacar adelante la empresa.

10.- No tienes derecho a solicitar justicia si te asaltan o secuestran. Simplemente ni siquiera habrá un mínimo de investigación si es que la atreves a solicitarla.

11.- No tienes derecho a manifestarte porque el gobierno te cambia la jugada cada año con leyes laborales, fiscales, cada vez más complicadas. Las manifestaciones están reservadas solo para "grupos vulnerables". 

12. En caso que tengas utilidades, no tienes derecho a protestar si el gobierno decide que hay que "redistribuir la riqueza", aunque los benefactores de dicha riqueza no hayan hecho mucho o nada para merecerla. 

Derechos Reservados 2019, 

Ing. Gerardo Herrero Morales

gerencia@ccestrategica.com

www.ccestrategica.com

https://mx.linkedin.com/in/gerardoherrero